CANCÚN, Q. ROO.- La Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en Cancún, que encabeza Juan Pablo Aguirre de la Torre, reconoció que el tema de la inseguridad es uno de los factores que está impidiendo crecer al sector restaurantero en Cancún, por lo que anunció que solicitarán una reunión con las autoridades para pedir que se refuerce la seguridad, al menos en el primer cuadro de la ciudad.
Aunque dijo desconocer el cierre de más establecimientos por la inseguridad, el dirigente de los restauranteros aceptó también que cada empresario ha hecho su esfuerzo por separado para incrementar las medidas de protección de su negocio.
Ahondó que, de manera general, la inseguridad inhibe la salida de las personas a los restaurantes y a muchos establecimientos, lo que ocasiona que no tengan un incremento considerado.
En torno al cierre de las pizzerías El Tigre y el Toro, explicó que hay temas que los restaurantes comparten y otros no, pero que no estaban enterados que una vez por semana este local eran víctima de robo.
Comunicado en redes sociales
A través de las redes sociales, los empresarios de las pizzerías El Tigre y El Toro decidieron hacer pública su situación, a la vez, a modo de llamado a las autoridades sobre la amenaza que representa la delincuencia para los empresarios del ramo y de cualquier sector.
“Por este medio queremos comunicarles que las pizzerías El tigre y El toro, ubicadas en avenida Las torres, esquina avenida México, y en avenida La Costa, SM30, respectivamente, cierran sus puertas a partir de este mes. Quisiéramos compartirles también, a manera de testimonio, tanto de ciudadanos como de empresarios, que la razón es triste y simple; no hay negocio alguno que pueda sustentar un robo por semana. En lo que va del año hemos sido asaltados, a mano armada, una vez cada semana”, señala.
Ojalá y sirviera esto como un llamado a las autoridades pertinentes, no sólo para fungir como tales, sino para que se entienda, a todos los niveles, que entre inseguridad, delincuencia, corrupción, y la a veces incomprensible, arbitraria y contradictoria tramitología burocrática a la que está supeditado el funcionamiento de un comercio, es extenuadamente complicado emprender y sostener un negocio en esta ciudad”, continúa.
“Cancún se está comiendo a Cancún. Al parecer quienes tienen y deben de pagar los platos rotos son los pequeños y medianos comercios, aquel emprendedor que se atreva, medianamente, a jugar en este juego sin reglas, donde la única preponderante es la de perder”, afirma.
“Por último, y sólo por mencionar un aspecto que consideramos trascendental: ¿Qué hace falta para deducir que no hay mejor condición, y la más propicia, para incentivar a la delincuencia, que la completa penumbra en la que se encuentra el llamado primer destino turístico del país? Llevamos meses y meses así, llámese la zona, avenida o región que sea. Porque entre extrañas e interminables licitaciones, cambios, inicios y finales de gobierno, el alumbrado público es nulo, en el mejor de los casos insuficiente. De verdad nos preguntamos ¿cómo a estas alturas no se entiende la relación entre una cosa y la otra? Y no es que creamos que esa sea la solución al problema, pero sí probablemente una de las vertientes más importantes para combatirla”, cuestiona.
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