“Guerra” de tuits tras reportaje de NYT sobre control a medios en México

CIUDAD DE MÉXICO.- El reportaje publicado por The New York Times el pasado lunes, sobre el control a medios mexicanos a través de la publicidad oficial del gobierno, provocó una guerra de tuits entre periodistas, escritores o trabajadores de diferentes empresas periodísticas.

Los mensajes se centraron en las acusaciones contra La Jornada y El Universal.

El coordinador de Opinión de La Jornada, Luis Hernández Navarro, respondió a tuits críticos como el del columnista de Milenio (medio que también aparece señalado por el Times), Esteban Illades, quien refutó el editorial de “Rayuela” que pregunta “¿de quién es la mano que mece la cuna…?”. Así mismo respondió al activista Alfredo Lecona, quien lo cuestionó por portadas de ese diario en las que aparece destacada la figura presidencial.

Josetxo Zaldua, coordinador general de edición de La Jornada, calificó la nota como una “porquería”:

“Porquería de periodismo. Puro dicho y cero pruebas. Olvidaron su apoyo a Bush en Irak con pruebas falsas? No tienen vergüenza”, tuiteó.

Por su parte, los directivos de El Universal respondieron a través de columnas de opinión e incluso un editorial titulado “La verdad no se vende”:

El periodista Mario Campos intentó “calmar las aguas”:

“A los periodistas que se sienten “ofendidos” por lo revelado por el @nytimes habría que explicarles que este debate es una oportunidad para tener mejores medios.  No se trata de juzgar el trabajo de una persona en especial sino de entender y desmontar un modo de control”, dijo.

Entre los cuestionamientos contra el reportaje está el de por qué se usó como fuentes a directores de revistas que siguen en circulación gracias a la publicidad oficial.

“El reportaje de @azamsahmed pone el dedo en el renglón de un debate que los medios y algunos periodistas y directivos mexicanos no quieren dar: la Corrupción del uso y abuso de recursos públicos para controlar los medios”, opinó el periodista Jenaro Villamil.

“El reportaje navideño de The New York Times corrobora lo que desde 2005 hemos publicado en Revista Proceso”, agrega.

 

 

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