El telescopio espacial Hubble de la NASA ha fotografiado directamente la evidencia de la formación de un protoplaneta similar a Júpiter a través de lo que los investigadores describen como un “proceso intenso y violento”.
El nuevo mundo está incrustado en un disco protoplanetario de polvo y gas con una estructura espiral distintiva que gira alrededor de una estrella joven que tiene alrededor de 2 millones de años, (la edad del sistema solar es actualmente de 4.600 millones de años).
El planeta recién formado, llamado AB Aurigae b, es probablemente unas nueve veces más masivo que Júpiter y orbita su estrella anfitriona a 8.600 millones de millas, más de dos veces más lejos que Plutón de nuestro Sol.
Esto lleva a los investigadores a concluir que la inestabilidad del disco ha permitido que este planeta se forme a una distancia tan grande.
Comprender los primeros días de la formación de planetas similares a Júpiter proporciona a los astrónomos más contexto sobre la historia de nuestro propio sistema solar.
La propia naturaleza también nos ayudó: el vasto disco de polvo y gas que gira alrededor de la estrella AB Aurigae está inclinado casi de frente a nuestra vista desde la Tierra, expresó Thayne Currie, investigadora principal en el estudio.
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