REYNOSA, TAMAULIPAS.- Un convoy de sicarios abrió fuego contra policías estatales de Fuerza Tamaulipas cuando perseguían a otro grupo de pistoleros en fuga, en una emboscada donde cuatro atacantes fueron abatidos y una mujer inocente ajena a los hechos murió entre el fuego cruzado al estrellarse en su vehículo con dos hijos menores de edad a bordo.
Este nuevo episodio de violencia, donde además resultaron heridos por esquirlas de bala una mujer policía y un menor, se registró a partir de las 18:00 horas en el cruce del Boulevard del Maestro y calle Elías Piña, en la colonia Narciso Mendoza.
En ese crucero, los agentes fueron atacados a balazos por los tripulantes de una camioneta GMCSierra, quienes escaparon sobre el Boulevard del Maestro con rumbo al Boulevard Hidalgo.
Luego de una prolongada persecución, en la colonia Las Granjas a la altura de la colonia aledaña Condado del Norte los sujetos armados perdieron el control de la camioneta y chocaron contra un poste del camellón.
En ese sitio fueron abatidos por los agentes, quedando sus cuerpos en el interior de la camioneta.
En este escenario de violencia, una mujer no identificada circulaba por el Boulevard Hidalgo a bordo de un automóvil Malibu junto con sus dos hijos: uno de tres años y el otro de ocho meses.
Al quedar atrapada en medio del fuego cruzado, la conductora perdió el control del automóvil y se proyectó contra un poste de concreto, impactándose de lado la unidad, y casi partiendo en dos el vehículo.
El cuerpo de la madre, quien falleció instantáneamente, quedó fuera del vehículo devastado, de cuyo interior, de los asientos traseros, los agentes sacaron al bebé con todo y el pequeño asiento de seguridad.
El otro niño emergió herido del vehículo, pero uno de los agentes lo cubrió con su cuerpo manteniéndose en el puso con una metralleta de tripié, resguardándose atrás de una patrulla de los disparos que realizaban los sicarios que trataban de rescatar a sus cómplices, antes de que estos fueran abatidos.
Luego del tiroteo, el convoy de sujetos armados se retiró, dejando una camioneta Silverado negra en el lugar con los dos pistoleros abatidos.
En el marco de contingencia arribaron elementos de la Sedena y de la Policía Estatal, así como personal de la Policía Ministerial y de la PGR, quienes ordenaron un acordonamiento desde el Hospital General hasta la entrada a la colonia Bugambilias.
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