La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó que en el Laboratorio Nacional de Ingeniería Espacial y Automotriz de la Facultad de Ingeniería (FI), en Juriquilla, Querétaro, se llevan a cabo varios proyectos satelitales enfocados en formar recursos humanos, desarrollar nueva tecnología y ser un demostrador de tecnología.
Ejemplificó con el proyecto del nanosatélite llamado Kuauhtli SAT, el cual pesa un kilo 300 gramos y en cuyo desarrollo han participado estudiantes desde nivel licenciatura hasta nivel posgrado.
El doctor José Alberto Ramírez Aguilar, de la Unidad de Alta Tecnología de la FI, explica que, al tener como misión principal la formación de recursos humanos los estudiantes pueden participar en los proyectos creando y haciendo mejoras en el desarrollo de los nanosatélites, es decir, en los diferentes subsistemas que los conforman, como el sistema de distribución de energía, el de radiocomunicaciones, el de navegación, carga útil, etc.
Un nanosatélite es un satélite que pesa menos de 10 kilos, que por lo general tiene una estructura de cubo (CubeSat) de 10 x 10 x 10 cm, y a través del cual se pueden llevar a cabo distintas misiones desde el espacio, por ejemplo, de telecomunicaciones, probar nueva tecnología espacial.
El Kuauhtli SAT tiene la encomienda de ser un demostrador de tecnología, es decir, que el código, la circuitería, el almacenaje de la energía, el sistema de comunicaciones y el protocolo, se pruebe en un ambiente real en el espacio, en una órbita de aproximadamente 300 o 400 kilómetros.
“Este satélite va a tomar fotografías de baja resolución […], y esperamos que los estudiantes puedan ver que el satélite toma imágenes en su paso por la órbita, y cómo algo que ellos programaron, integraron y subieron al espacio funciona. Eso es una experiencia que pocos jóvenes en el mundo tienen”, puntualizó.
Agrega que este tipo de trabajo, realizado de la mano de los estudiantes, es algo que se implementa en otras naciones como Estados Unidos, Ecuador, Turquía, Rusia y Japón, por lo que es fundamental que en México también se consideren y se invierta en los jóvenes. Por ello, es necesario involucrarnos en este tipo de proyectos, y que sean ellos quien en un futuro sustenten una industria espacial con aplicaciones en beneficio de México.
La estructura tradicional de los nanosatélites es del tipo CubeSAT, sin embargo, la de Kuauhtli SAT es tipo TubeSAT, es decir, está compuesto por ocho caras de aluminio de calidad espacial, útiles para darle rigidez a la estructura a la hora de las vibraciones y así disipar el calor. Además, tendrá ocho caras integradas por los paneles solares que captaran la energía solar.
La realización del nanosatélite avanza poco a poco, pero con paso firme, destaca el doctor Ramírez Aguilar, en su realización se ha partido de ingeniería base de la compañía Inter Orbital, sin embargo, conforme han ido avanzando en su desarrollo se ha propuesto tecnología original, es decir, la tecnología ha sido rediseñada e implementada por estudiantes.
La duración de un nanosatélite puesto en órbita puede ir de tres meses o hasta un año, dependiendo de la altura a la que se ubique.
En la actualidad, siguen desarrollando el modelo de ingeniería del nanosatélite Kuauhtli SAT, y una vez que éste concluya se pasará al modelo de vuelo, en el que integrarán todos los componentes.
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