CIUDAD DE MÉXICO.- Los hijos de padres obesos corren riesgos de padecer retrasos en su desarrollo, de acuerdo con un estudio del journal Pediatrics, de los Institutos Nacionales de Salud, en Estados Unidos.
“Los hallazgos sugieren que la obesidad materna y paterna están asociadas con retrasos específicos en el desarrollo de la niñez temprana”, advierte el artículo.
La investigación demostró que los hijos de madres obesas eran 70 por ciento más propensos a fallar pruebas de habilidades motoras finas, como el manejar objetos con los dedos de las manos.
“Comparados con los de madres normales o con falta de peso, los niños de madres obesas han incrementado sus probabilidades de fallar en el terreno motriz fino”, señala el artículo de investigación.
En cambio, en 75 por ciento de los casos, los hijos de padres obesos demostraban más dificultades para tener competencias sociales.
Por su parte, cuando ambos padres sufren de obesidad, los hijos tienen mayores probabilidades de fallar pruebas de resolución de problemas.
El estudio, conducido por los científicos Edwina Yeung, Rajeshwari Sundaram, entre otros, utilizó una encuesta llevada a cabo de 2009 a 2010 en Nueva York por Upstate KIDS con datos de más de 5 mil padres, que también hizo pruebas a los niños cuando tenían 4, 8, 12, 18, 24, 30 y 36 meses de edad.
En dicha encuesta se registró también el peso de los padres antes, durante y después del embarazo.
A diferencia de otros estudios previos, que sólo consideran el peso de las madres antes y después de la gestación, la investigación de los Institutos Nacionales también incluyó el peso de los padres.
El artículo alerta del posible problema en los niños, pues una de cada cinco mujeres en los Estados Unidos tiene sobrepeso.
“No se sabe por qué la obesidad paterna puede incrementar los riesgos de los niños de un retraso en el desarrollo”, acota el texto de investigación.
“Estudios han observado asociaciones entre la obesidad materna y el desarrollo infantil con riesgos incrementados de padecer desórdenes diagnosticados, como el autismo, pero pocos han tomado en cuenta el índice de masa corporal, a pesar de las evidencias de modificaciones epigenéticas asociadas con la obesidad”, profundiza el artículo; que sondea la posibilidad de que los niños sean afectados por el peso de sus padres desde antes del nacimiento.
Investigaciones en animales indican que la obesidad durante el embarazo produce inflamación que puede afectar el cerebro de los fetos.
En caso de que la relación entre la obesidad y el retraso en el desarrollo sea confirmada, los médicos tendrían que tomar en cuenta el peso de los padres al hacer diagnóstico de posibles retrasos, dijeron los autores de la investigación en un comunicado.
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