Uno de los primeros problemas que nos advirtieron sobre lo horrible que sería el 2020 fue la posible guerra entre Estados Unidos e Irán, ¿recuerdas? Bueno, el 2021 parece decidido a no quedarse atrás, pues ahora se ve en el horizonte una posible escalda en el conflicto entre los propios gringos y Siria.
Y es que esta semana la noticia del primer bombardeo en la era de Joe Biden como presidente de Estados Unidos le dio la vuelta al mundo, Y sí, rápidamente salió a la luz la respuesta del gobierno de Siria y pues no, no dijeron cosas bonitas al respecto.
El gobierno de Siria condenó lo que calificó como un ataque “cobarde” por parte de Estados Unidos, y aseguró que —como tooooodo mundo intuía— eso no hará más que incrementar la tensión que se vive en la región de medio Oriente.
“Siria condena en los términos más enérgicos posibles el ataque cobarde de Estados Unidos en las áreas de Deir al Zur cerca de la frontera entre Siria e Irak, que va contra las leyes internacionales y la carta estatutaria de la ONU, alertando que traerá consecuencias“, señaló el Ministro de Exteriores de Siria, según retoma El Universal de la agencia oficial de aquel país, SANA.
Y considerando que se trata de una de las primeras acciones de Joe Biden luego de tomar el poder hace poco más de un mes, el gobierno de Siria indicó que el bombardeo de este fin de semana es una señal de que, con él en la Casa Blanca, las cosas no serán nada sencillas en Medio Oriente.
“Esta agresión constituye un signo de mal augurio sobre las políticas de la nueva administración estadounidense”, advirtió el mismo Ministro.
Y si eres de los que pensó que Rusia no perdería esta oportunidad para irse contra EU… pues adivinaste. Rusia también condenó el bombardeo y le mandó a decir a Estados Unidos que respete porfa: “Condenamos categóricamente tales acciones. Llamamos al respeto incondicional de la soberanía e integridad territorial de Siria“, dijo María Zajárova, portavoz de Exteriores de Rusia.
El bombardeo de Estados Unidos, según explicaron desde el Pentágono, se dio como respuesta a un ataque previo contra bases estadounidenses ubicadas cerca de la ciudad de Irbil, en Siria, donde se concentran tropas que luchan contra el Estado Islámico.
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