Un meteotsunami no es un fenómeno natural habitual en la costa sudeste de Irlanda, por lo que cuando tuvo lugar el pasado 18 de junio de 2022, sorprendió bastante.
El fenómeno comenzó a primera hora de la mañana y, curiosamente, duró hasta bien avanzada la tarde. Además, llegó a sentirse en Francia, Inglaterra y Gales, a bastantes kilómetros de distancia.
Si bien es cierto que suelen producirse meteotsunamis en esta zona de Irlanda, no suelen ser tan potentes y además, lo normal es que sucedan en invierno.
Según los habitantes del condado de Cork, en Irlanda, fueron testigos de un descenso de la marea de unos 1,5 metros (5 pie) durante unos 5 minutos. La marea vino y se fue, en dos ocasiones, en menos de 30 minutos.
La gente estaba muy preocupada. Cuando ves algo así, después de las señales que se han atribuido a un tsunami, es lógico pensar en lo peor.
Según ha explicado una persona que se encontraba en el Glandore Harbour Yacht Club, fue increíble. La marea debió haber salido a seis nudos; dos horas después de la marea baja y luego seis minutos después, regresaba igual de rápido. Había barcos encallados con el amarro. Era como si cambiara de dirección en minutos y arrastraba lodo al mar.
El mismo fenómeno aconteció en Pembrokeshire, en Gales, en el Reino Unido.
Según afirma un testigo de Pembrokeshire: “Vimos que el agua entraba a siete nudos, volvía a salir y provocaba que los barcos se inclinaran drásticamente. Estaba causando un área de agua arremolinada, un remolino alrededor del pequeño promontorio”.
De haber coincidido con personas nadando en el agua o en kayaks, podría haberse producido una tragedia, porque – según explican – el agua se desplazaba a una velocidad muy superior a lo habitual.
Para el oceanógrafo de la Unidad del Irish Climate Research and Analysis, del Departamento de Geografía en la Universidad de Maynooth, el doctor Gerard McCarthy, este fenómeno probablemente fue un meteotsunami. Es decir, una oscilación de las corrientes de la marea causadas por la presión atmosférica que, según explica, debió tener lugar en algún lugar sobre el Atlántico, frente a la costa del oeste de Cork.
Según el investigador principal del MaREI, del SFI Research Center for Energy, Climate and Marine Research and Innovation, el profesor Frédéric Dias, los eventos que tuvieron lugar en el oeste de Cork, formaron parte de una amplia anomalía que afectó a una amplia zona.
Lo que resulta interesante es que no fue un fenómeno local, sino mucho más global, ya que, de hecho, se produjo también en Francia. Por lo que admiten que los científicos aún están recopilando datos.
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