Investigadores y oenegés consideran a la orina humana como una alternativa a los fertilizantes químicos, para reducir la contaminación ambiental y alimentar a una población en crecimiento.
Los fertilizantes nitrogenados sintéticos impulsan la producción agrícola, pero usados en exceso, contaminan el medio ambiente y sus precios son muy altos, más aún con la guerra en Ucrania.
¿Con qué remplazarlos? Con la orina, responden investigadores, que reflexionan en una revisión de los sistemas alimentarios, para hacerlos más sostenibles.
Pero, ¿la gente está lista para comer alimentos fertilizados con orina? Un estudio muestra marcadas diferencias entre países. La tasa de aceptación es muy alta en China, Francia o Uganda, pero baja en Portugal o Jordania.
Una vez recolectada, la orina debe transportarse a los campos, lo cual es costoso. Diversas técnicas permiten reducir su volumen y concentrar, o incluso deshidratar, la urea. Rich Earth Institute está desarrollando soluciones técnicas para que la distribución de este fertilizante sea fácil y económica para los agricultores.
Sé el primero en comentar