Isaías Capeline, el malo de la película. Parte 1

 

CANCÚN, Q. Roo.- El chetumaleño Isaías Capeline Lizárraga, director de Gobernación de Quintana Roo, tenía poco menos de 24 horas de haber regresado de la capital del estado a Cancún cuando fue ejecutado junto con su escolta, Ángel Casillas Méndez, cerca de la una de la tarde del pasado 14 de julio en una calle residencial a un costado del bulevar Luis Donaldo Colosio, a metros de donde vivía.

Un día antes del doble homicidio, Capeline era esperado en un evento del gobernador Roberto Borge para inaugurar obra caminera sobre la avenida Huayacán, justo en el perímetro donde ocurrieron los hechos. Dato curioso es que el 13 de julio, Borge confirmó a la prensa que al día siguiente acudiría a una reunión con la procuradora general de la República, Arely Gómez, a reiterar la disposición de su gobierno para derogar el paquete de reformas que ha desatado una fuerte crítica social expresa con manifestaciones masivas en todos los sectores. Es decir, el día de la ejecución, Borge estaba en la PGR e inmediatamente anunció su deseo de cooperar y echar para atrás las reformas a las leyes constitucionales.

Los asesinos de Capeline y su acompañante –según elementos ministeriales a cargo de la investigación— fueron dos sujetos que bajaron de un vehículo y lanzaron ráfagas de proyectiles calibre .223 con armas AR-15, un fusil semiautomático de letal precisión con una cadencia de tiro de 30 disparos por minuto.

Sus cuerpos quedaron inertes, ensangrentados, uno junto al otro y con los cintos de seguridad puestos. La Ministerial señaló que fueron encontradas dos armas de cargo que no fueron accionadas. También un legajo de carpetas amarillas con documentos no conocidos en su interior que resultaron salpicadas con la sangre de los occisos.

El fiscal general de Justicia, Carlos Arturo Álvarez Escalera, informó en conferencia que las víctimas fueron acribilladas en la Región 311 a las 12:45 horas, cuando viajaban a bordo de una camioneta Ford tipo Lobo, negra, con placas SCZ-1333, justo al lado del exclusivo desarrollo habitacional Cumbres y cerca de donde tienen sus residencias personales, el gobernador Roberto Borge Angulo y Paul Carrillo de Cáceres, presidente de Benito Juárez, municipio donde han sido ejecutadas 31 personas, la mayoría por ajustes de cuentas entre bandas del crimen organizado.

La camioneta Ford Lobo donde se produjo el asesinato

Al cierre, la Fiscalía señaló que “aún se encuentra en la etapa de integración de la Carpeta de Investigación, y se confirma que el funcionario vivía en el fraccionamiento Cumbres, muy cerca de donde lo asesinaron”.

Sobre la calle Sierra Madre de la Supermanzana 311, el punto exacto del doble ajusticiamiento, se ubica una hilera de colegios particulares. Circula la versión de una mujer que recogía a su hijo de uno de esos institutos, quien señala que Isaías Capeline era su vecino, pero que lo veía muy poco. En Cumbres, se sabe que el domicilio del occiso está sin vigilancia policíaca y en su interior se escucha desorden “como si estuvieran buscando algo o llevándose algo”, sostuvo un vigilante que pidió reservar sus datos.

La Fiscalía aseveró que los asesinos descendieron de un automóvil Fiesta rojo, unidad que estuvieron buscando. Sin embargo, una fuente localizada por EL QUINTANA ROO.MX corresponde a la de un trailero que afirma haber visto una escena que correspondería a una emboscada muy bien planificada a la salida del residencial Cumbres donde Capeline vivía. La versión extraoficial comenta que “era una camioneta roja persiguiendo a la Ford Lobo. Ya les venían tirando ráfagas, cuando llegaron a espaldas del SAM´s Club y se bajaron dos hombres que los remataron con una precisión cabrona”.

Además, varios trabajadores de la calle Sierra Madre, donde están los colegios, habrían desaparecido o renunciado de sus empleos.

Otro dato curioso es que un mes antes de estos hechos de sangre, el 14 de junio, elementos de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal adscritos al Aeropuerto Internacional de Cancún, detuvieron a cinco individuos que pretendían abordar un vuelo a la Ciudad de México trasladando en ocho maletas 40 millones de pesos. Los detenidos se acreditaron como personal de custodia de valores, pero cayeron en contradicciones al alegar que la millonada pertenecía al Partido Verde.

En ese mismo contexto, destaca que el 12 de julio, 48 horas antes de la ejecución, escaparon de la cárcel de Cancún 10 reos miembros de la pandilla de Los Sureños, un grupo que ha hecho del autogobierno su actividad principal en la penitenciaría a cargo del Estado. Un día antes de la ejecución doble, la policía de Mérida detuvo a dos de estos sujetos a bordo de un taxi de Playa del Carmen.

 

 

BAJO AMENAZA

Amistades y elementos de su círculo de trabajo o “mis colaboradores”, según los llamaba el occiso, señalan que era un hombre callado pero amigo de explayarse cuando de explicar o justificar su trabajo se trataba. Capeline se encargaba de la vigilancia a funcionarios públicos y a todo posible intento opositor al jefe del Ejecutivo estatal. Confesó siempre que no era un político sino que trabaja para un político, que su vida estaba vinculada a la política pero que no aspiraba a ningún otro cargo sino el que le fue conferido.

En dos de las poquísimas entrevistas periodísticas a las que accedió (17 de febrero de 2013 con Lilia Arellano y agosto de 2015 con Jonathan Estrada), el alto funcionario del gobierno estatal admitió ser “el malo de la película”. Sin embargo, reconoció que a su alrededor existían muchos mitos, pero eran mitos porque nadie los vio. También confió ser un hombre reservado, poco afecto a eventos sociales, “fielmente callado y leal al gobernador. Casi no hablo”, según dijo.

El hombre que en vida ocupó la Dirección General de Gobernación (a la sazón coordinador del programa Comprometido Contigo en la zona norte), Isaías Capeline Lizárraga, confirmó en entrevista a Canal 10 que había recibido amenazas de muerte de parte del entonces secretario de Obras y Servicios Públicos en Benito Juárez, Jorge Carlos Aguilar Osorio (ahora diputado integrante de la Décimo Cuarta Legislatura del Congreso local), en un intento porque las “Brigadas del Bienestar” integradas por hombres y mujeres que realizaban tareas de poda, limpieza y pintura en áreas públicas abandonaran los parques, camellones, vialidades y demás espacios que desde octubre de 2012 venían rehabilitando en Benito Juárez y el resto de los municipios hasta contabilizar más de 200 mil beneficiarios.

“He sido amenazado de muerte por Aguilar Osorio, pero eso más que nada me motivó. Dijo que me daba hasta finales de enero para que dejara Cancún, pero en lugar de eso, ahora trabajo hasta los domingos, ya no de lunes a sábado. Y le digo que cada parque que mande a pintar después de que nosotros lo hayamos pintado, se lo vamos a repintar”, afirmó en aquella entrevista en el programa Fuego Cruzado.

Jorge Carlos Aguilar Osorio, egresado de la licenciatura de Derecho por la Universidad La Salle Cancún es un personaje vinculado al crimen organizado. Su hermano “Charlie” fue aprehendido por elementos federales acusado de tráfico de estupefacientes y de ser empresario del narcotráfico, ocupándose de tareas para el blanqueo de capitales de procedencia ilícita.

Aguilar Osorio fue el brazo derecho durante la desastrosa administración del edil neo-perredista Julián Ricalde Magaña, quien se enemistó frontalmente con el gobernador priísta Borge Angulo, no sólo por las diferencias de ideología partidista, sino en una escalada de eventos personales y de encomienda pública cuyos perjudicados mayores fueron los ciudadanos benitojuarenses por la fuga de dinero del erario en pintar, repintar y volver a pintar espacios públicos de un color partidista y otro.

Ricalde Magaña también acusó a Capeline Lizárraga de ser el orquestador de vehículos incendiados del PRD en todo el estado y, por supuesto, de amedrentar a las brigadas que su administración municipal ocupaba para las tareas de poda, limpieza, pintura y rehabilitación asfáltica del municipio donde está la ciudad-balneario de Cancún.

Otra versión que circula en la Fiscalía acerca de su asesinato es que se enemistó con un empresario de la delincuencia organizada. Alguien de la cúpula “se movía en un nivel muy alto”, opinó la fuente.

David Zarco

Mañana la segunda parte de la crónica sobre Isaías Capeline

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