ISLA MUJERES, Q. ROO.- Emblema del anterior gobierno estatal, el programa Reciclando Basura por Alimentos (RBxA, las siglas del exgobernador Roberto Borge Angulo) resultó ser un fraude de enormes dimensiones, que en nada abatió los índices de pobreza de la entidad y al que se destinaron millonarias sumas, mismas que están siendo auditadas por las actuales autoridades.
Entre los involucrados en este enorme timo con fines electorales, destaca la figura de Juan Carrillo Soberanis, actual presidente municipal de Isla Mujeres, que en ese entonces era el coordinador estatal del programa. Bajo sus órdenes estaban otros priistas a los que la administración quería destacar, como José Luis Toledo Medina, Israel Hernández Radilla e incluso figuras “oscuras”, como Isaías Capeline, director de Gobernación, quien, además de espionaje, se encargaba de realizar el “trabajo sucio” del Gobierno del Estado, hasta el día de su asesinato, aún no esclarecido.
Julián Ricalde Magaña, titular de la Secretaría de Desarrollo Social e Indígena (Sedesi), señaló que desde un inicio hallaron graves irregularidades en torno a este programa, en especial por la opacidad y falta de documentación en torno al mismo.
“El programa carecía de objetivos o criterios para evaluar su impacto, por lo que nunca se midió su efectividad. En realidad, en nada ayudó a disminuir los niveles de pobreza o marginación en el estado”, explicó.
Reciclando Basura por Alimentos estaba nominalmente asignado a la Sedesi, pero al revisar la escasa documentación en torno al programa, se vio que no era operado desde allí, sino por estructuras priistas.
“Figura en el Programa Operativo Anual, por lo que los recursos venían de esta dependencia; también se le destinaban fondos federales, a través del Programa de Empleo Temporal”, detalló el funcionario estatal.
Pura simulación
Se estima que cerca de 600 personas estaban adscritos a este programa, que recorría distintas colonias de las principales ciudades del estado, para que gente entregara material reciclable a cambio de “Beto Bonos”, que eran intercambiados por productos de despensa básica.
Sin embargo, este material recolectado, que según los comunicados era de varias toneladas en cada jornada, jamás era aprovechado, sino que era llevado al relleno sanitario.
“En el caso de Benito Juárez, el arrojar este material tiene un costo para el municipio, por lo que este programa era un gasto doble, que contrario a lo que pregonaba, no reciclaba ni ayudaba a la ciudadanía”, sentenció Ricalde Magaña.
Por estos motivos, todo este expediente ya fue turnado a la Secretaría de Gestión Pública, para determinar el tamaño del quebranto financiero incurrido y potenciales responsabilidades administrativas y penales, por desvío de recursos y uso indebido de funciones. Primero en la lista estaría el ex coordinador estatal del programa, Juan Carrillo Soberanis.
Bajo investigación
Rafael del Pozo Dergal, secretario de la Gestión Pública, confirmó a este medio que existe una investigación en curso en torno a este programa.
“Se está realizando una auditoría y en cuanto tengamos los resultados, tomaremos las acciones conducentes”, afirmó.
Cuestionado sobre los funcionarios involucrados, no quiso adelantar nombres, pero confirmó que se incluye a varios de primer nivel que coordinaban estas acciones.
Una de las figuras que estuvo en el programa desde sus inicios fue Carrillo Soberanis, quien primero lo coordinó en Benito Juárez, en 2013, cuando era líder del Frente Juvenil Revolucionario. En ese entonces, él era la apuesta de Roberto Borge Angulo para generar oposición al gobierno perredista de este municipio y el proselitismo encubierto de Basura por Alimentos encajaba perfectamente.
Un año después, Carrillo Soberanis ya coordinaba el programa a nivel estatal con un recurso de seis millones de pesos solo para la promoción de dicho programa, además que cerca de 20 millones de pesos del combate a la pobreza, se destinaban para los “Beto Bonos”, al tiempo que ocupaba la diputación local del Distrito XIV, que abarcaba tanto Benito Juárez como Isla Mujeres.
Fue aquí cuando cambiaron los planes políticos de Carrillo Soberanis. Al igual que el Distrito VI, compartido entre Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos, se eligió una fórmula con un candidato de cada municipio, con el acuerdo que el titular ocuparía la diputación la mitad del término antes de pedir licencia y dejar que el suplente la termine.
Trampolín para la alcaldía
Así sucedió con el benitojuarense Carrillo Soberanis, quien efectivamente pidió su licencia para dejar lugar al isleño Edgar Gasca, pero al ver que la batalla interna en el PRI por la candidatura a Benito Juárez ya estaba perdida, cambió sorpresivamente de estrategia y se enfocó en Isla Mujeres, enfocando sus gestiones legislativas en este municipio y luego, al dejar el cargo, logró su nombramiento como secretario general.
Para estos fines, la coordinación del programa Reciclando Basura por Alimentos le resultó idónea, al encabezar múltiples jornadas en la zona continental de este municipio (en particular Rancho Viejo, con altos niveles de marginación), para posicionarse en la elección de estos votantes.
Después de que el PRI perdiera la gubernatura del Estado, en las elecciones del año pasado, Borge Angulo silenciosamente descontinuó el programa, dejando sin trabajo a 600 “voluntarios”, ya que su propósito, meramente electoral, ya no tenía sentido. Sin embargo, esto no afectó a Carrillo Soberanis, que ya se había alzado con la presidencia municipal de Isla Mujeres en unas cerradas y polémicas elecciones.
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