Corea del Norte lanzó un “misil balístico no identificado” al mar de Japón (llamado mar del Este en las dos Coreas) después de que la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, visitara Corea del Sur, informó el Ejército del Sur.
El lanzamiento tiene lugar pocas horas después de que Harris despegara de Corea del Sur, donde se reunió con el presidente sureño, Yoon Suk-yeol, y visitó la militarizada frontera intercoreana en un momento de especial tensión ante la posibilidad de que Pyongyang realice un nuevo test nuclear.
“Corea del Norte ha lanzado un misil no identificado al mar del Este”, anunció el Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS) en un comunicado enviado a medios en el que de momento no se ofrecen más detalles.
Por su parte, el Gobierno de Japón convocó una reunión de emergencia para analizar los detalles del lanzamiento, e informó de que el misil cayó en aguas fuera de su zona económica exclusiva (EEZ) y que no consta que se produjeran daños a embarcaciones o aeronaves por su impacto.
El lanzamiento se produce después de que Harris visitara la militarizada frontera intercoreana y se reuniera en Seúl con el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, al que subrayó el compromiso de Washington de desplegar activos estratégicos para defender al Sur en función de las acciones del Norte.
A su vez la acción llega después de que Pyongyang lanzara otros dos misiles balísticos de corto alcance en la víspera y otro más el pasado sábado, todos ellos en aparente respuesta a la presencia del portaaviones estadounidense USS Ronald Reagan en la península.
Precisamente se anunció que este viernes el USS Ronald Reagan realizará maniobras conjuntas con las fuerzas navales surcoreana y japonesa en el mar de Japón (llamado mar del Este en las dos Coreas).
La última vez que el Ronald Reagan se desplazó a la península para realizar maniobras conjuntas de este tipo fue en septiembre de 2017, en plena escalada de tensión tras el último ensayo nuclear norcoreano hasta la fecha.
Seúl, Tokio y Washington buscan ahora enviar un mensaje de fuerza ante el convencimiento de que el régimen, que ha rechazado toda oferta de diálogo en los últimos tres años y apostado por un plan de modernización armamentística, está listo para realizar un nuevo test atómico.
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