Sian, quien vive en Gales, es uno caso de los alrededor de 1,3 millones de personas en Reino Unido que viven con Covid de larga duración, lo que representa más del 2% de la nación.
“No puedo manejar lejos, me olvido de cerrar las puertas, quemo la comida. Y cuando estoy leyendo, mi cerebro convierte unas palabras en otras. Pierdo la concentración”.
Los síntomas pueden ser variados. Duran más de cuatro semanas y pueden incluir cansancio extremo, dificultad para respirar, palpitaciones, dolor en las articulaciones o cambios en el gusto y el olfato.
Griffiths contrajo Covid en mayo de 2020 cuando trabajaba como fisioterapeuta en el servicio británico de salud pública (NHS).
Relata que antes de enfermar “estaba bien, tenía un trabajo a tiempo completo y andaba en bicicleta por las montañas y recorría 64 kilómetros en carretera”.
«Ahora tengo que tener a mi mamá y a mi papá básicamente tratando de recordarme que haga cosas todo el tiempo. Es desgarrador”, resalta.
Nadar en aguas abiertas
Un especialista le dijo que nadara para recuperarse. Ahora se dedica a la natación en aguas abiertas tres veces a la semana en el norte de Gales, cerca de su casa.
“Se siente como si la niebla desapareciera, puedo pensar un poco más claro”, asegura.
“Dura alrededor de una hora y media después de que salgo y espero que cuanto más lo haga, el efecto durará un poco más”.
Para la natación utiliza un traje de neopreno que la ayuda a la comprensión de la sangre y el oxígeno del cerebro.
Pero hay veces en que se siente avergonzada por salir de la casa para ir a nadar pero no para ir al trabajo.
Los profesionales de la salud todavía están aprendiendo cómo lidiar con el Covid prolongado.
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