La pandemia silenciosa que no deberíamos ignorar: el virus del papiloma

vph-contagio

Todos hemos estado y estamos atentos a la covid-19, eso es indiscutible. Sin embargo, hay otras pandemias en curso cuya percepción social y sanitaria es muy diferente, como la del virus del papiloma humano (VPH). Y eso pese a que globalmente estimamos el número de casos de cáncer generados por las infecciones a VPH en unos 600 mil por año y el número de fallecimientos en unos 300 mil por año.

Las personas que se infectan por VPH pueden eliminar la infección espontáneamente y nunca sabrán que la han pasado. Sin embargo, en una pequeña proporción de los casos, las infecciones no se resuelven y pueden acabar originando una enfermedad grave, potencialmente mortal si no se trata bien y a tiempo. El intervalo entre la infección y la enfermedad suele durar años, durante los cuales tampoco hay señales clínicas que motiven consultas médicas.

Este es un problema significativo de salud pública y de inequidad social. Porque, efectivamente, la mayoría de los casos y de las muertes asociadas se producen en países de bajo nivel de desarrollo de África, América Latina y Asia.

La infección puede pasar inadvertida porque no hay una fase de enfermedad aguda, excepto las verrugas genitales, que son la expresión clínica florida de una infección por VPH de bajo riesgo (VPH 6 y 11), las infecciones de riesgo oncológico (representadas por el VPH 16, 18, 45, 31, 33, 52 y 58 y otros menos frecuentes) se adquieren y se resuelven o quedan persistentes durante años, sin presentar ninguna manifestación clínica.

En estas circunstancias no hay consulta médica, no hay seguimiento, no hay tratamiento y la transmisión entre parejas se multiplica de forma silenciosa.

Salir de la versión móvil