La vida en la Central de Abasto de la CDMX ha cambiado en la Fase 3 del COVID-19

Este fin de semana, la actividad comercial en los grandes mercados y tianguis de la Ciudad de México cambió con enormes letreros, colocados en puentes, bardas, casetas de entrada y pasillos.

Se advierte que la central de abasto, es una zona de alto peligro de contagio por COVID-19.

Autoridades informaron que, al interior, comenzarán a reforzarse las medidas sanitarias y que se prohibirá el acceso a población de riesgo como son, mujeres embarazadas, adultos mayores y niños, quienes, hasta este domingo, visitaron el sitio.

“Vamos a instalar cerca de 200 consultorios para atender a la población, sobre todo a trabajadores de la central de abastos. Vamos a reforzar con operativo desde los accesos generales, de peaje, peatonales, pasillos de compradores”

“Los muchachos todos usan cubre bocas, gel antibacterial y a cada rato se les manda a lavar las manos, chavo que no use cubre bocas se regresa a su casa”

“A los clientes lo único que les pedimos es su sana distancia, usar protección ya es cosa de cada quien, promovedores que entran aquí también tienen que usar cubre bocas”

Sin embargo, y a pesar de las recomendaciones, el ritmo de trabajo, calor y sudor, hace que muchos trabajadores no sigan las reglas de protección.

Al interior de la Central de Abasto, la sana distancia no se respeta, hay muchos compradores y muchos sin protección.

En los mercados de pescados y mariscos La Viga, la afluencia de compradores fue menor.

El tianguis más grande de América Latina, el San Felipe, ubicado en la alcaldía Gustavo A. Madero no se instaló, personal de policía y gobierno, implementó un operativo para que ninguno de los puestos que concentra, fuera colocado.

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