Desde su llegada a la NBA en 2003, LeBron James ha dominado todos los aspectos del juego casi a placer, consagrándose como uno de los atletas más laureados de la historia de este deporte.
Sin embargo, no deja de ser impresionante que a sus 35 años de edad siga figurando entre los líderes de la liga y, contra todo pronóstico, peleando codo a codo por el premio al Jugador Más Valioso.
Y es que, si quedaba alguna duda de que LeBron debía ser un firme candidato al MVP, el Rey se encargó de disiparlas durante este fin de semana, cuando derrotó a los Milwaukee Bucks y Los Angeles Clippers.
LeBron limitó por completo a Giannis Antetokounmpo – actual MVP – y luego superó a Kawhi Leonard – MVP de las Finales – llevando el récord de los Lakers a 8-1 desde el fin de semana del All-Star Game.
Un referente
En estos nueve partidos, James ha dejado promedios de 30 puntos, 8 rebotes y 10 asistencias en 55% de campo, tuvo tres triple-dobles de 30 puntos, anotó 40 ante los Pelicans y el tiro ganador ante los Celtics.
Los Lakers además pusieron punto final a su sequía de playoffs, regresando a la instancia por primera vez desde 2013 y venciendo a los tres mejores equipos de la liga en el camino, todo gracias a su MVP.
Sus datos
os números de la estrella de los Lakers han sido excelentes en dichos encuentros con una media de 32,5 puntos, 7,5 rebotes y 8,5 asistencias, pero más allá de ellos ha demostrado una vez más ser ese líder que todo equipo querría tener.
Me preparo tanto mental como físicamente para soportar cualquier cosa, incluso en esta etapa de mi carrera. Sé lo que se necesita para estar preparado y rendir a un alto nivel. Es mi responsabilidad poner al equipo en situación de tener éxito. Me miran como un líder. Es mi trabajo inspirar a estos muchachos, y no solo en la cancha. Quiero mostrarle que nunca disminuyo la velocidad, incluso en esta etapa de mi carrera”, comentó El Rey a ESPN tras el partido.
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