El Super Bowl LIV, el evento deportivo máximo de los Estados Unidos y también símbolo de la cultura pop, se juega este domingo en el Hard Rock Stadium, como si el nombre ya presagiara la fiesta que protagonizarán Chiefs y 49ers en lo deportivo, además de Shakira y Jennifer López en lo musical.
Hay 50 y 25 años de sequía para Kansas City y San Francisco, respectivamente, desde la última vez que tuvieron el Vince Lombardi entre sus manos.
Ningún jugador en activo vio a los Chiefs campeones de 1970 (su único título) y muchos tampoco atestiguaron cómo Steve Young y los Niners trituraron a los Chargers aquí en Miami en 1995.
Relevo generacional NFL
Es raro hablar del Super Bowl y que los New England Patriots no estén en la conversación. Son la dinastía de este siglo en la NFL, seis títulos y nueve presencias en el Juego Grande con Bill Belichick y Tom Brady, pero esta vez no es el protagonista.
Por el lado californiano aparece Jimmy Garoppolo, quien fue suplente de Brady por algunos años en New England y hasta dos anillos ganó “sin mover un dedo”.
Del otro lado se presenta Patrick Mahomes, el chico maravilla que ya consiguió lo que únicamente Dan Marino y Kurt Warner: ser MVP de la NFL y estar en el Gran Juego en sus primeras tres temporadas.
“Desconocidos” en el máximo escenario de la NFL, Jimmy G y Pat son los quarterbacks con mayor porcentaje combinado de victorias que se enfrentan en un Super Bowl con un 79.4%, superando a Tom Brady y Russell Wilson en el SB XLIX con 76.6 por ciento.
Las claves del partido
Estadísticas hay “hasta debajo de las piedras”, sin embargo, lejos de los fríos números hay escenarios claves para San Francisco y Kansas City en la disputa del máximo trofeo.
En ofensiva, los 49ers necesitan establecer su feroz ataque terrestre con Raheem Mostert, Tevin Coleman y Matt Breida para quitarle responsabilidad a Jimmy Garoppolo, cuya encomienda es no entregar el balón.
Por su parte, los Chiefs tienen al fenómeno Mahomes y deben explotarlo al máximo, ya sea con su letal brazo en pases profundos con Tyreek Hill, con el siempre seguro Travis Kelce o bien corriendo el ovoide. Necesitan ser un enigma para la poderosa defensiva de SF.
Las puertas de la gloria esperan abiertas a San Francisco y Kansas City, pero solamente uno llegará “al paraíso” en Miami este domingo en el Super Bowl LIV, ese que terminará con una larga sequía.
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