Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y Francia, Emmanuel Macron, expresaron el lunes su confianza en encontrar un acuerdo para aplacar las tensiones entre Moscú y Occidente por el despliegue de tropas rusas en la frontera con Ucrania. Tras cinco horas de reunión en Moscú, Putin declaró en una conferencia de prensa conjunta que el líder francés presentó varias iniciativas que merecen ser estudiadas.
Los dos gobernantes se encontraron en medio de una intensa actividad diplomática para contener la crisis en Ucrania, en la que Macron irá a Kiev después de Moscú, mientras el canciller alemán, Olaf Scholz, se reunió en Washington para discutir el tema con el presidente estadounidense, Joe Biden.
“Algunas de sus ideas, de sus propuestas (…) son posibles para sentar las bases de avances futuros”, expresó Putin, sin dar detalles sobre las iniciativas. “De nuestra parte, haremos todo lo posible para encontrar compromisos que satisfagan a todo el mundo”, agregó junto a Macron, al señalar que ninguno de los dos quiere una guerra entre Rusia y la OTAN que “no tendría ganador”.
Macron, a su vez, señaló que le propuso a su par ruso “construir garantías de seguridad concretas” para todos los Estados involucrados en la crisis en torno a Ucrania.
“El presidente Putin me aseguró su disposición a participar en este proceso y su voluntad de mantener la estabilidad y la integridad territorial de Ucrania”, agregó Macron.
Mientras Putin subrayaba sus desacuerdos con la OTAN, Macron hizo un resumen de sus objetivos: “la estabilidad militar a corto plazo y que el diálogo entre Rusia, Estados Unidos y los europeos prosiga para encontrar soluciones para la seguridad de todos”.
Temores de seguridad en Europa
En ese sentido, Macron aceptó, como sugería Putin, que “no hay seguridad para los europeos si no hay seguridad para Rusia”. Pero al mismo tiempo, recordó al presidente ruso que los países bálticos y los países europeos fronterizos tenían “los mismos temores” de seguridad que las de Rusia.
Estados Unidos afirma que Rusia tiene apostados 110 mil efectivos cerca de la frontera con Ucrania y está encaminada a sumar 150 mil soldados para lanzar una invasión a mediados de febrero. Moscú desmiente que planea invadir a su vecino pero señala que quiere garantías de seguridad para desescalar las tensiones con Estados Unidos y sus aliados de la OTAN.
En ese sentido, Rusia dice que busca garantías de la Alianza Atlántica de que Ucrania no entrará en el grupo y quiere que el bloque retire sus fuerzas de los países miembros del este europeo.
Líneas rojas en Ucrania
Los occidentales rechazan estas exigencias y proponen, para calmar las preocupaciones rusas, gestos de confianza como visitas recíprocas a las instalaciones militares o medidas de desarme. Unas medidas “positivas” pero “secundarias”, según Moscú.
El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmitro Kuleba, acusó a Rusia de querer “abrir una brecha entre Ucrania y sus socios”, en una rueda de prensa con su homóloga alemana, Annalena Baerbock.
Un poco antes, Kuleba adelantó que Kiev no iba a mover sus “líneas rojas”: “ninguna concesión en la totalidad del territorio” y “una retirada duradera de las fuerzas rusas de la frontera ucraniana y de los territorios ocupados”.
Rusia ya invadió una parte de Ucrania en 2014, cuando se anexó la península de Crimea tras la revuelta popular proccidental desatada en Kiev que hizo caer al gobierno prorruso de entonces. Las sanciones internacionales contra Moscú no tuvieron ningún efecto en la línea del Kremlin.
Desde 2014, milicias de separatistas prorrusos, apoyados por Moscú, se enfrentan al ejército ucraniano en el este del país. Varios acuerdos de paz, auspiciados por París y Berlín, permitieron cesar los combates, pero la resolución política del conflicto está en punto muerto. Macron quiere relanzar este proceso.
De su lado, la jefa de la diplomacia alemania, Annelena Baerbock, recordó a Kiev que los países occidentales impondrán fuertes sanciones económicas a Rusia si decide invadir Ucrania, aunque pueden también afectar a Alemania.
“Estamos dispuestos a pagar un alto precio económico, porque lo que está en cuestión es la seguridad de Ucrania”, subrayó.
Al respecto, Biden prometió el lunes “poner fin” a la construcción del gasoducto Nord Stream 2 que llevaría gas ruso a Europa si Moscú invade Ucrania.
“Les prometo”, dijo Biden, que “le pondremos fin”, tras una reunión con el gobernante alemán Scholz.
En paralelo con el despliegue diplomático, Alemania anunció un refuerzo de su contingente en Lituania con el envío de 350 efectivos adicionales y el Reino Unido informó que enviará a 350 militares más a Polonia.
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