RÍO DE JANEIRO, BRASIL.- Al menos 60 personas han muerto durante el enfrentamiento de dos facciones rivales en una cárcel de Manaos, capital del estado brasileño de Amazonas, confirmó este lunes la Orden de los Abogados de Brasil (OAB), que participó en las negociaciones para el fin de la rebelión.
El secretario de Seguridad Pública del estado, Sergio Fontes, confirmó en rueda de prensa que se trata de la “mayor masacre del sistema de prisiones de Amazonas”, el cual está principalmente controlado por el clan Familia do Norte (FDN). “Tuvimos la noche más sangrienta de la historia del estado en los presidios”, declaró Fontes tras la conclusión del motín, que duró 17 horas, con su inicio el domingo y su final la mañana de este lunes.
“Infelizmente estamos delante de la mayor y más horrible masacre en los presidios de Brasil”
El motín provocó una masacre en el interior del Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj) y varios cuerpos fueron decapitados, mutilados y quemados, según se pudo observar en impactantes imágenes divulgadas por algunos de los propios presos.
“Infelizmente estamos delante de la mayor y más horrible masacre ya practicada en los presidios de Brasil”, aseguró Epitácio Almeida, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la OAB en Amazonas, quien participó en las negociaciones con los presos para liberar a los 12 funcionarios que habían sido hechos rehenes. También hubo 74 presos hechos rehenes, algunos de los cuales fueron ejecutados y otros liberados.
Las muertes se produjeron tras un enfrentamiento entre el Primer Comando de la Capital (PCC), asentado en Sao Paulo, y la Familia do Norte (FDN), que domina las cárceles del estado de Amazonas y es aliado del poderoso Comando Vermelho (CV), una mafia con base en Río de Janeiro y rival del PCC, organización que surgió en la década de los 90 en los presidios paulistas.
“Todo indica que fue un ataque de una facción mayor contra una menor para eliminar la competencia”, resaltó Fontes, en una rueda de prensa celebrada la noche del domingo. Durante la rebelión huyeron unos 90 presos, aunque unos cuarenta ya fueron capturados nuevamente, de acuerdo con las primeras informaciones.
Durante el enfrentamiento hubo varias decapitaciones y algunos cuerpos fueron quemados y mutilados
Las reyertas entre bandas son comunes en las cárceles de Brasil, las cuales sufren un problema de superpoblación y hacinamiento, según han denunciado varias organizaciones de derechos humanos.
Los incidentes de este domingo fueron los más graves en varios años. En 1992, una rebelión en el centro penitenciario Carandiru dejó un saldo de 111 reclusos muertos, casi todos a manos de la Policía Militar del estado de Sao Paulo durante la recuperación de la prisión.
Fuente: Vanguardia
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