Este domingo terminaron los Juegos Olímpicos de Río 2016 y comenzó la cuenta atrás de cuatro años para los próximos. El primer ministro japonés recogió el testigo como país anfitrión. Si la escenografía de la presentación de Tokio 2020 es un adelanto de cómo serán los Juegos, Japón promete ser tecnológico y juguetón.
En el vídeo de introducción (al final de la nota), en el que aparecen atletas y personajes de ficción pasándose una pelota roja como el sol naciente de la bandera nipona, el primer ministro se ve apurado de tiempo para llegar a la ceremonia de Río. Shinzo Abe se funde entonces con el mítico personaje de videojuegos Super Mario y se transforma en él.
El famoso plomero, acompañado de Doraemon, instala una tubería entre un conocido cruce de calles en el barrio de Shibuya, en Tokio, que atraviesa la tierra para llegar a Río. Entonces se mete por ella con el balón encarnado, viaja por el centro de la tierra, y por el otro extremo, en el centro del estadio olímpico de Maracaná, sale vestido con mono y gorra el dirigente japonés, de nuevo de carne y hueso.
Tokio apostó por la tecnología, el futurismo y su cultura pop en la presentación de sus Juegos. En las imágenes se mezclaban los rascacielos con edificios tradicionales japoneses, personajes de ficción mundialmente conocidos como Hello Kitty y súper campeones con atletas olímpicos, realidad con iconos digitales como los videojuegos Pac-Man.
En Río, Japón hizo un despliegue de futurismo y tecnología. Unos robots colocaron la bandera japonesa en el centro del estadio mientras las luces marcaron la coreografía de unos hologramas transformados en bailarines.
La presentación de Japón se convirtió en trending topic con etiquetas como Mario Bros, Super Mario y #tokio2020. Muchos tuiteros estaban entusiasmados con el aperitivo de lo que ocurrirá dentro de cuatro años en Japón.
Fuente: Verne
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