El Instituto de Ciencias del Mar de Pto. Morelos cuenta con 21 proyectos a sus espaldas, como la restauración de la acropora que se realiza en esta época
PUERTO MORELOS, Q. Roo.- El Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Unidad Académica Puerto Morelos, recién inició un estudio sobre las amenazas al arrecife mesoamericano, el cual contempla contaminación en el suelo y las playas, pesca y comercio ilegal de especies, cambio climático, transporte marítimo y especies invasoras, como el pez león.
El estudio de la Unidad Académica Puerto Morelos, situada en la barrera arrecifal mesoamericana del Caribe mexicano, cuenta con la participación de 15 especialistas que han prolongado un monitoreo analítico de la estructura y función del ecosistema coralino.
Su objetivo es rescatar y conservar las especies que habitan el Sistema Arrecifal Mesoamericano, por lo que comparte créditos con otros 21 proyectos realizados en siete años, desde 2009 a 2016, con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), Pronatura, Amigos de Sian Ka´an, el Fondo para la Paz y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).
La oceanógrafa Judith Morales López, responsable de gestión y seguimiento de los proyectos de conservación de WWF México en la región, explicó que el arrecife mesoamericano es el mayor sistema de su tipo del Atlántico occidental y el segundo después del arrecife de Australia.
“Está compuesto por un territorio de 100 kilómetros de largo que comparten la costa de Quintana Roo, Belice, Guatemala y Honduras. En ese territorio habitan en total 65 especies de corales y 500 especies de peces”, indicó vía telefónica para El Quintana Roo.mx.
“El arrecife recibe más de 10 millones de turistas al año, una derrama económica de más de 8 mil millones de dólares. El estado tiene una población de 1.5 millones de personas, lo que significa mucha gente para un ecosistema tan frágil”
“En Quintana Roo el arrecife recibe más de 10 millones de turistas al año y una derrama económica de más de ocho mil millones de dólares. Aunado a eso el estado tiene una población de 1.5 millones de personas, lo que significa mucha gente para un ecosistema tan frágil”, aseguró la especialista, quien también fue coordinadora del Programa Marino Costero de la Península de Yucatán auspiciado por The Nature Conservancy (TNC).
Por su parte, Lorenzo Álvarez Filip y Enrique Lozano Álvarez, investigadores del ICML de la UNAM Puerto Morelos, sostienen que están en constante búsqueda de evidencia para demostrar el fenómeno de blanqueamiento de los corales, que incide en la conservación y aprovechamiento de los recursos naturales.
“Nuestra misión es estudiar aspectos de este sistema, incluyendo la vida de organismos que lo habitan, las relaciones entre ellos, la estructura que producen colectivamente y los ambientes costeros y oceánicos que sobre ellos influyen”, subraya Álvarez Filip.
Señaló que la escala a la que se estudian estos componentes varía enormemente, tanto en espacio como en tiempo: “No sólo estudiamos procesos moleculares que ocurren en cuestión de segundos dentro de las células de organismos arrecifales, sino que abarcamos todas las vías hasta conocer cómo los arrecifes crecen y se desarrollan a lo largo de miles de años”.
BITÁCORA DE ACCIONES
En el centro se trabaja en diversos proyectos marinos entre los que se encuentra el manejo sustentable de la langosta, conservaciones de agregaciones reproductoras de peces, restauración de corales, así como la conservación de megafauna marina que incluye tiburones, rayas y tortugas marinas.
Del grupo de técnicos académicos del ICML de la UNAM también sobresale la explicación de Cecilia Barrada: “Para la conservación de la tortuga marina se utiliza un transmisor satelital que se pega en el caparazón de la tortuga y se mandan señales al satélite para rastrearla en su zona de anidación, alimentación y migración”.
Respecto a la restauración de corales, abundó que este proyecto se realiza cada agosto, cuando los corales de acropora desovan. Se captura el desove y es llevado al laboratorio donde se fertiliza. Los investigadores de la UNAM comienzan a cuidarlas en acuarios y después son liberadas en el mar.
Dijo que para otros proyectos también se utiliza tecnología como las sondas batimétricas para conocer cómo es el contorno del fondo del mar. Además se graban los sonidos de los peces a través de video subacuático y buceo.
ESPECIES LIGADAS AL ARRECIFE
En Quintana Roo las playas son preciadas por sus ecosistemas. En la parte de las playas y las dunas, que es la más dañada por el turismo, viven especies como las tortugas marinas que utilizan ese territorio para anidar y poner sus huevos.
En la región también habita una de las especies amenazadas en el país. Se trata de los arrecifes coralinos, en concreto la especie acropora que es la que ayuda a formar el arrecife, detalló la oceanógrafa Judith Morales López.
Explicó que una de las partes más importantes para conservar el equilibrio en el ecosistema es su sistema hidrológico subterráneo, que tiene una capa de agua dulce en los primeros metros y debajo de ella una capa de agua salada.
“Estos ecosistemas están conectados por los flujos de agua, tanto el de agua dulce que va hacia el mar, como el de agua salada que va hacia el continente”
“Estos ecosistemas están conectados por los flujos de agua, tanto el de agua dulce que va hacia el mar, como el de agua salada que va hacia el continente”, explicó.
Entre las principales especies que habitan el arrecife mesoamericano se encuentra la agregación más grande de tiburón ballena, el coral, la langosta, el caracol rosado y un mamífero, el manatí.
Fotos: David Zarco
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