TULUM, Q. ROO.- Considerado uno de los 20 sitios arqueológicos más importantes del país, por su tamaño y la cantidad de vestigios prehispánicos, la Zona Arqueológica de Muyil, es uno de los pocos sitios que combina su atractivo histórico con una exuberante vegetación y el imponente paisaje del Mar Caribe.
La antigua ciudad maya se ubica a 20 minutos de Tulum y a hora y media de Cancún, y forma parte de la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, en Quintana Roo, donde se ha convertido en una de las opciones para el visitante en estas vacaciones de Semana Santa.
Muyil, cuyo nombre procede del vocativo de una de las dos lagunas adyacentes (Muyil y Chunyaxché), representa uno de los sitios ambientalmente mejor conservados de la reserva protegida, hecho que lo hace un lugar atractivo para los interesados en conocer nuestra historia y convivir con la naturaleza.
LA HISTORIA
El recorrido por el asentamiento maya -que alcanzó su mayor desarrollo en el Posclásico Tardío (1200/1250 al momento del contacto con los españoles 1500-1521)- inicia en el área conocida como Grupo de la Entrada, donde se observa el primer conjunto de construcciones como basamentos piramidales, templos, altares y plataformas.
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), aquí llama la atención el pequeño edificio denominado por los arqueólogos como Estructura 7H3, que consiste en un templo doble con un adoratorio interior, de más de 750 años de antigüedad, donde aún se pueden ver restos de estuco y pintura mural en diversas tonalidades.
Al seguir adentrándose por las veredas rodeadas de la abundante vegetación selvática, el asombro llega en el momento en que uno se topa con un templo de 17 metros de altura conocido como El Castillo y en cuya cima hay un templo que asemeja a una torreta, lo que lo convierte en una estructura atípica para la región.
Carmen Trejo Alvarado, arqueóloga del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en Quintana Roo, explica que “El Castillo” cuenta con dos altares, en uno de los cuales, en 2002, arqueólogos del INAH encontraron una ofrenda con pequeñas cuentas pero en gran cantidad, hechas en piedra verde, concha y caracol.
“Este hallazgo ha sido relevante si tomamos en cuenta que por la humedad de la región no es posible encontrar restos de esqueletos que nos pudieran aportar datos sobre los antiguos habitantes de este sitio”, refiere la investigadora.
MÁS HALLAZGOS
Otro de los elementos que hace obligada la contemplación de este antiguo edificio maya es un friso estucado que se encuentra en la parte de atrás, que contiene la representación en relieve de dos garzas caminando en sentido opuesto.
El siguiente paraje en la visita por Muyil se da en el denominado Templo 8, una construcción que descansa sobre un basamento piramidal de 20 por 15 metros, que cuenta con dos accesos.
Esta pequeña edificación es uno de los tantos ejemplos del estilo arquitectónico que se desarrolló en la región entre los años 1200-1500, denominado Costa Oriental y que consistió en estructuras con techo abovedado, accesos formado por columnas o pilares, y en ocasiones contaban con adoratorio interior.
Durante los trabajos de restauración del Templo 8, los especialistas del INAH dejaron a la vista una subestructura y una escalera que hay al interior del mismo, con la finalidad de que el público pueda apreciar la parte nuclear de un edificio prehispánico.
Si se avanza por el sendero se puede observar que al centro de los conjuntos arquitectónicos sobresalen plataformas cívicas cuadradas con una escalera de cada lado, en alusión a los cuatro puntos cardinales, y por las cuales subían los personajes de alto rango para dar algún mensaje a la población.
ESTRATÉGICA UBICACIÓN
De acuerdo con la arqueóloga Carmen Trejo, en la época prehispánica Muyil jugó un papel importante en la ruta comercial costera, pues si bien se ubica a escasos 12 kilómetros del Mar Caribe, su actividad económica se desarrolló por medio del par de lagunas colindantes.
Por otra parte, desde 1986, año en que se decretó a la Reserva de la Biosfera de Sian Ka{an, el INAH y las autoridades ambientales han mantenido un trabajo conjunto tendiente a la protección y preservación del ecosistema, incluida la zona arqueológica, toda vez que ambos elementos representan un binomio, donde la naturaleza es parte de la belleza del sitio prehispánico y viceversa.
La visita a Muyil no puede concluir sin ir a la laguna que da nombre a la zona arqueológica y que se ubica a un kilómetro de distancia. Ahí, se cuenta con un mirador al cual se puede subir y se tiene una vista panorámica de la laguna y su conexión con el Caribe.
Fuente: El Informador
Sé el primero en comentar