CIUDAD DE MÉXICO.- La captura de Dámaso López Núñez,”El Licenciado” del Cártel de Sinaloa, en una zona residencial de la Ciudad de México, lanzó a los capos narco un mensaje muy claro: la capital de país ya no es una especie de “santuario” en el que ellos y sus familias puedan vivir tranquilamente
En distintas ocasiones, las autoridades capitalinas han insistido en que en la Ciudad de México no existe presencia de cárteles de la droga. Sin embargo, distintos organizaciones, e incluso la DEA han documentado la presencia de al menos cinco de los principales: el de Sinaloa, Los Beltrán Leyva, el de Jalisco Nueva Generación, y los remanentes de Los Zetas.
La capital era ‘ciudad santuario’ porque todo mundo tenía a sus familias o inversiones, propiedades en las que se podían esconder, y por eso era respetada por los grupos del crimen organizado. No es que no tuvieran presencia, es que entre ellos había acuerdos de no hacerse muy visibles ni armar desmanes (desorden) para que sus familias y ellos mismos pudieran estar tranquilos aquí”, dijo a Infobae Carlos Rodríguez Ulloa, analista del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede), integrado por más de 50 expertos de México y Estados Unidos.
Datos del Buró de Seguridad y Legalidad Financiera, un despacho privado, estiman que al año se lavan en el país USD 50.000 millones. Ciudades como la capital y Guadalajara, en el estado de Jalisco, son consideradas desde los años ochenta como los grandes centros de operaciones financieras del narco “y así seguirá”, expresó en entrevista Fernando Espinosa de los Monteros, catedrático de la Universidad de Guadalajara.
El tema, afirma al igual que Ulloa, es que los capos ya entendieron que ellos y sus familias no pueden vivir en estas metrópolis porque ya son muy visibles, por lo que ahora se espera que emigren a ciudades medias que tengan buena calidad de vida, estén bien ubicadas, cuenten con zonas residenciales y estén más alejadas del foco nacional.
“Antes todo mundo sabía dónde estaban –los grandes narcos-. Los únicos que parecían no darse cuenta eran los policías. Pero ahora, con toda esta reorganización por la extradición de “El Chapo”, la captura de ‘El Licenciado’, la ascensión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), los que están libres están migrando junto con sus familias para tener un perfil más discreto y tratar de ponerse a salvo”, observó el analista de Casede.
Lo único que no cambiará, expresaron, es que la Ciudad de México se mantendrá como un gran centro financiero para el narco porque ante la cantidad de negocios que se realizan, el intenso movimiento de capitales y la presencia de un gran número de empresas, existen aún huecos muy grandes por donde se puede filtrar dinero ilícito.
LAS CANDIDATAS A “SANTUARIOS”
Además de la capital y Guadalajara, los capos encontraban en Tijuana, en Baja California, y Chihuahua, ambas en la frontera con Estados Unidos, espacios “seguros” para refugiarse con sus familias, pero ante el reordenamiento de cárteles, ya no lo son más.
Los especialistas coinciden en que en el “catálogo” de ciudades medias que los capos estarían analizando para mudar a sus familias están Querétaro, Puebla, Cancún, Cuernavaca y el corredor León- Celaya, en Guanajuato.
En el caso de Querétaro, Puebla y el corredor León-Celaya, tienen en común que se están convirtiendo en puntos de desarrollo tecnológico de grandes empresas del los sectores automotriz y aeronáutico que están atrayendo a altos ejecutivos, lo que obliga al desarrollo de zonas habitacionales y servicios de lujo.
“Un alto ejecutivo vive en una zona de muy alto nivel, viaja en un auto de lujo y no hay nada extraño en que tenga guardaespaldas. Al lado tuyo se puede detener alguien así y tú no piensas que es un narco. Y eso es lo que están buscando ahora precisamente, pasar inadvertidos, camuflaje, y en estas ciudades lo pueden hacer”, explicó Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio Exterior, un think tank mexicano.
Recordó que Querétaro es un polo importante de desarrollo de la industria aeronáutica civil; en el corredor León-Celaya se ubican plantas de Honda y Toyota.
Hizo énfasis en Puebla, que cuenta con una planta de Audi, pero también con el municipio conurbado de Cholula, una ciudad principalmente universitaria, donde existe un flujo continuo de estudiantes de alto poder adquisitivo.
Lugares así son perfectos para que puedan estudiar los hijos de los narcos, aunque sean de cárteles rivales porque si llegan a acuerdos se pueden proteger entre todos, y este tipo de ciudad universitaria no la tienen en la Ciudad de México, tampoco en Guadalajara”, expresó.
Tanto Querétaro como Puebla están a un par de horas de la capital mexicana; mientras que León-Celaya están a unas horas de otro de los centros financieros: Guadalajara.
Cuernavaca, en Morelos, ya tuvo su pasado como ciudad en la que se refugiaron grandes narcos como Arturo Beltrán Leyva, asesinado en departamento de lujo en 2009. Pero por su cercanía con la capital (a menos de una hora), con Puebla, el estado de Guerrero –donde distintos cárteles operan con grupos locales- se convierte otra vez en una opción para migrar.
Cancún, en Quintana Roo, al Sur, hace frontera con Belice y tiene mar, lo que la convierte en un lugar estratégico para huir por distintas vías en caso de una persecución.
Cancún es un área de lavado de todos. Tiene una base económica local que se está diversificando, se están construyendo muchos desarrollos habitacionales, lo tiene todo”, expresó el analista de Casede.
“Ahora es un centro de operación nada más, no vive mucha gente. Aquí (los narcos) serían fácilmente sería detectados, pero también tienen muchas salidas”, confirmó Espinosa de los Monteros.
Independiente de lo “seguras” que puedan resultar estas ciudades para los capos y sus familias, los expertos concluyeron que cuando se rompe el acuerdo de no violencia en esta especie de santuarios, “se rompe todo”, por lo que también será necesario que cambien las reglas de convivencia entre los distintos cárteles para mantener seguras a sus familias. (Fuente: Zócalo).
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