Nicolás Castillo se perderá el resto del Clausura 2020. La ruptura del tendón del recto femoral que sufrió el delantero chileno lo marginará por lo menos durante los próximos tres meses de cualquier actividad deportiva, y en caso de ser más grave pueden ser hasta ocho meses sin actividad.
Una fuente cercana al club confirmó a un medio deportivo que el daño que sufrió el tendón del artillero de las Águilas no es total sino parcial, por lo que hay optimismo en el cuerpo médico del club, quien confía en que el proceso de recuperación no se extienda por mucho tiempo.
Un panorama gris
El presidente de la Asociación de Medicina del Deporte de la Ciudad de México, y exdoctor de Selecciones Juveniles, Mario Mercader, explicó que el panorama de la lesión, en donde en el mejor de los escenarios estaría fuera de las canchas durante tres meses, mientras que en el peor sería de ocho meses.
Si la ruptura es total habrá que hacerle una plastia completa del tendón del musculo recto femoral, que tiene un tipo de sutura especial.
Después del proceso de la cirugía son de seis a ocho semanas para darle tiempo para que se consolide, luego viene el proceso de rehabilitación que es mínimo un periodo similar. Para regresar a las canchas podría tardar entre seis a ocho meses, aproximadamente”, explicó al medio.
A espera de los resultados
Sin embargo, en caso de que se confirme que es una ruptura parcial, el panorama es más alentador para el artillero, ya que Mercader aseguró que en una situación ideal para el conjunto azulcrema y el futbolista estaría de regreso en aproximadamente tres meses.
Si fuera una ruptura parcial, dependerá de qué tanto esté afectado el cuerpo del tendón. Si es una ruptura de un 20 por ciento se hace la reparación, a veces el procedimiento no es tan agresivo y puede tardar de dos a tres meses de que pueda valorarse el regreso a las canchas”, puntualizó.
El doctor Mercader destacó que es necesario darle el tiempo adecuado a la recuperación y no forzar su regreso a las canchas, ya que podría reincidir.
Los tendones por su característica son zonas menos vascularizadas que un músculo y eso hace que sean un poquito más tardados en su proceso de recuperación. En caso de que no se le dé el tiempo suficiente puede hacer que la lesión se repita o no se recupere al 100 por ciento”, aclaró el galeno.
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