Las mujeres han sido reprimidas a lo largo de la historia no solo por hombres, sino a menudo por otras mujeres.
Muchas, por tener ideas machistas internalizadas, pero en los peores casos, por simple beneficio propio, como es el caso de Laura Fernández Piña, quien como diputada obligó por ley a quienes fueran violadas a cargar con este embarazo.
Y quien ahora como candidata a gobernadora ataca sin decencia y de forma misógina a su contrincante mujer, Mara Lezama.
En estos momentos, en que la defensa a los derechos de la mujer son una de las principales luchas sociales, en que las protestas en contra de los feminicidios son comunes, el PRD fue en contra de sus propios principios, en un acto de pragmatismo puro.
Postuló a Laura Fernández Piña, autora de la “Ley Piña”, que prohibió el aborto a nivel constitucional.
Eliminando así las cuatro causales en las que se permitía esta práctica (cuando estaba en riesgo la vida, cuando era producto de violación, si el feto tiene malformaciones o si ocurrió por un accidente).
Esa iniciativa de Laura Fernández Piña, impulsada solo para quedar bien con los círculos priistas de entonces, ha generado una serie de historias de horror para muchas mujeres, adultas y menores de edad.
A quienes en la entidad se les ha querido obligar a que den a luz al producto de una violación.
ABORTO CLANDESTINO
El caso de María N., de solo 18 años, quien quedó embarazada luego de ser violada por su padrastro, después de tres años de abusos.
Y quien fue rechazada por todas las instancias de salud, debiendo por tanto arriesgar su vida en un proceso clandestino.
“Tuve que viajar a Playa del Carmen para practicarme el aborto, pero era una clínica clandestina en donde había mínimas medidas de higiene”, narró.
”Aunque yo tenía claro que prefería morir antes de tener un hijo del hombre que más daño me ha hecho”, expresó ella.
Datos del INEGI señalan que entre 2002 y 2017, 13 mujeres fallecieron por complicaciones al abortar.
Cada año son cientos las mujeres que acuden a instancias de salud con desangrados u otras complicaciones ginecológicas, por abortos clandestinos, las que no son incluidas en las cifras oficiales.
LEY PIÑA, VIOLATORIA DE LOS DERECHOS HUMANOS
Aunque por ser la “Ley Piña” violatoria a los derechos humanos, las cuatro causales mencionadas ya aplican nuevamente en la entidad.
El legado de esta legislación retrógrada todavía perdura, ya que frenó los esfuerzos de feministas de legalizar el aborto, ya que esto requería de una reforma constitucional.
Fue el “regalo” dejado por Laura Fernández a grupos como Marea Verde y la Red Feminista Quintanarroense.
ANTI FEMINISTA
Para el PRD, quien asegura ser progresista y sin embargo, sacó a Laura Fernández del Partido Verde para postularla como candidata a la gubernatura, se trata de una incongruencia que saben es imposible de ocultar.
En su primer evento en Quintana Roo, para presentarla como aspirante, Jesús Zambrano, dirigente nacional del Sol Azteca, tuvo muchas dificultades para justificar su decisión.
Solo pudiendo señalar que consideraba “poco probable” que ella quisiera imponer sus criterios anti derechos, sino que buscará “rutas para lograr consensos”.
Es decir, por no ser conveniente, Laura Fernández ocultará sus tendencias retrógradas.
ATAQUE MISÓGINO
Este débil consuelo se desmoronó desde la medianoche del día del arranque de las campañas políticas, cuando Laura Fernández hizo como su primera acción como candidata, un ataque frontal y misógino en contra de su contrincante, Mara Lezama.
Aunque quiso disculparse después en entrevistas diciendo que solo hablaba de manera “objetiva”, su diatriba estuvo repleta de descalificaciones y adjetivos.
Y recurriendo al estereotipo lanzado antiguamente por hombres al enfrentarse a mujeres: que Mara Lezama es solo un “títere” de un hombre, quien es quien en realidad gobernará, en este caso el “Niño Verde”.
Este tipo de afirmaciones ya está sancionada por ley, pero por tratarse de otra mujer, parece estar confiada en que puede salir impune.
Sin importar que está socavando el avance logrado por la mujer en la política, de cuando eran acusadas de ser solo la querida o el títere de algún amo, siempre un hombre.
Que esas acusaciones ahora vengan de una mujer, quien seguramente debe recordar cuando ella tuvo que lidiar con estas calumnias, lo hace mucho peor.
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