La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) menciona que estudios preliminares de algunas pruebas de antígenos indican que podrían tener una precisión menor.
Por ello, trabajan con los Institutos Nacionales de Salud para evaluar a más profundidad el rendimiento de las pruebas de antígenos con muestras de pacientes con el virus activo.
La especificidad y la sensibilidad son los dos indicadores de precisión para una prueba de diagnóstico, y la sensibilidad se refiere a la probabilidad de que cualquier resultado positivo dado sea cierto.
Es más probable que las pruebas con menor sensibilidad tengan falsos negativos, donde a alguien con la enfermedad diagnosticada (COVID-19 en este caso) se le dirá por error que no la tiene.
En otras palabras, es más probable que una persona con Ómicron que se somete a una prueba de antígeno se sienta equivocada al saber que está libre de infección que si se hubiera infectado con otra variante.
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