Desde que se identificó el engendro que causa la enfermedad, se inició una carrera científica por encontrar una vacuna o una cura que protegiera a los seres humanos y controlar la expansión del virus.
En el Reino Unido, China, Estados Unidos y Francia parecerían existir promisorias variantes de dicha medicina preventiva.
Además del camino que resta por transitar desde el punto de vista científico, existen serias inquietudes sobre los aspectos políticos y comerciales asociados a la distribución y el acceso a la vacuna.
“No podemos evitar que los patógenos y los gérmenes crucen nuestras fronteras.
Es por eso que estas vacunas tienen que ser reconocidas como protección para todo el mundo”, dijo hoy en una rueda de prensa en Ginebra Katherine O’ Brien, directora del Departamento de Inmunización, Vacunas y Productos Biológicos
Seth Berkley, director de la Alianza Global para Vacunas e Inmunización (GAVI), dijo que es importante “pensar sobre el hecho de que la inmunización no sólo tiene que ver con proteger a los individuos.
Sino también con crear inmunidad de rebaño y proteger al resto de la sociedad” .
Los países deben “prepararse, innovar y pensar en las vacunas como una inversión”, dijo Henrietta Fore, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
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