Algunos gobiernos de Europa, desde Portugal hasta Italia están pidiendo a sus ciudadanos que ahorren agua debido a la extrema sequía y falta de lluvia que están sufriendo.
La situación es bastante dramática en el norte de Italia, donde los niveles inusualmente bajos del río Po, el río más extenso del país, está transformando la región más fértil de Italia a pasos agigantados, afectando a la producción y amenazando una región densamente poblada con restricciones de agua.
Los ríos y arroyos en el distrito del Po se encuentran en niveles críticos debido a las escasas lluvias de este último invierno. La falta de lluvia y la falta de nieve, han provocado una sequía extrema. Algo nunca visto en 70 años, según las autoridades del río Po.
Más de 100 ciudades han recibido el aviso para restringir su consumo de agua
Pero, Italia no es el único país de Europa que sufre una intensa sequía. A finales del mes de mayo de 2022, el 97% de Portugal atravesaba una sequía extrema. El gobierno tuvo que restringir el uso de las plantas de energía hidroeléctrica a 2 horas por semana, con el fin de garantizar el suministro de agua potable al menos para los próximos 2 años.
Pero, la falta de agua y la sequía no solo está afectando al consumo de agua para beber. La agricultura y la ganadería también están sufriendo las consecuencias.
En el sur de Portugal, la asociación para el regadío agrícola en las ciudades de Lagao, Portimao y Silves, ha activado un plan de emergencia por el que 1.800 granjas tienen que utilizar la mitad de la cantidad de agua que usarían para regar sus cultivos.
España tampoco se salva de esta sequía. Dos tercios de sus tierras están en riesgo de desertificación. La tierra, que era fértil en el pasado, se está convirtiendo en arena.
Y, como hemos venido diciendo en otros artículos, esto no solo afecta al agua, a los cultivos y a los animales de granja, también tiene su efecto en la existencia de productos de todo tipo y en los precios. Ante una menor disposición de alimentos, más encarecen los precios.
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