Paul Walker, el rubio actor que interpretó a “Brian O’Connor” en la saga “Rápido y Furioso”, murió el 30 de noviembre de 2013 y a siete años de su muerte los detalles que se dieron a conocer tras darse a conocer los resultados de la autopsia aún estremecen a sus seguidores.
El actor estuvo vivo un minuto y 20 segundos después del impacto, pero supuestamente por problemas con el cinturón de seguridad se fracturó las costillas y pelvis, de acuerdo con los reportes de prensa internacional.
Supuestamente se llegó a esta conclusión, de acuerdo con las versiones que divulgaron abogados que llevaron el caso, pues en la autopsia los forenses encontraron hollín en la tráquea del actor.
Este caso se fue a juicio, pues la hija del actor, Meadow Walker, demandó al fabricante de la marca del auto que manejaba Walker al momento del accidente.
El cuerpo del actor sólo pudo ser identificado por los registros dentales; el forense no encontró evidencia de consumo de bebidas o drogas.
A pesar de los alegatos en la Corte, el caso se resolvió hace tres años, al retirarse la demanda por homicidio culposo y llegar a un acuerdo, cuyos términos aún se desconocen.
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