Cinco refugios en Playa del Carmen luchan contra la desigualdad animal y la sobrepoblación promoviendo la adopción y la esterilización
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- Así como existe desigualdad y estratos sociales en la sociedad humana, igual acontece en el reino animal. No en aquellas especies que viven en su hábitat natural, sino en las domesticadas, las que introdujimos a nuestro mundo y con ello las hacemos partícipes de su estructura.
Así, mientras ciertos ejemplares de perros reciben toda clase de cuidados, se les revisa su alimentación y se cotizan en decenas de miles de pesos, otros se las arreglan para sobrevivir de sobras en las calles, expuestos a la intemperie, víctimas comunes del maltrato. Los primeros son paseados como objetos de belleza, frente a centenares de ojos curiosos, para orgullo de sus propietarios; los segundos, si tienen fortuna, son rescatados por asociaciones altruistas, que también los exhiben en pasarelas, pero para hallarles un hogar.
“Esta no sólo es una pasarela de adopción de perros y gatos, hacemos un trabajo de concientización del maltrato, del abandono, de la adopción y esterilización. Aunque en Playa del Carmen se ha dado un avance con respecto a la educación, sigue habiendo muchos casos de abandono y de tenencia poco responsable, porque aventarles un poco de comida no es suficiente, se trata de que también tengan calidad de vida. Hay todavía familias que se resisten a esterilizar, por todos estos mitos de querer aunque sea una camadita, que tenga perritos para que conozca el amor de mamá, todas esas cosas son con las que luchamos las asociaciones”, explicó Laura Rendón, directora de “Mi Amigo de la Calle”.
“Hay todavía familias que se resisten a esterilizar, por todos estos mitos de querer aunque sea una camadita, que tenga perritos para que conozca el amor de mamá”
Mientras familias y grupos de jóvenes llegan al evento esperado, la pasarela de perros rescatados ya está lista. El corral para los cachorros se instaló y otros voluntarios pasean a uno que otro grandulón. Los niños se emocionan, todos quieren llevarse uno, pero sólo mamá y papá saben la responsabilidad que conlleva y están ahí para que sus hijos aprendan. Otros pequeños se acercan con sigilo para acariciar a estos canes. Vencerán el miedo y conocerán el amor.
Aunque la labor de los diez voluntarios independientes es extraordinaria, actualmente sólo hay cinco casas temporales; todas actualmente llenas. Así, hay un grupo que se llama “Gatos y Gatitos en Adopción”, a cargo Wendy Madrigal. “Estamos haciendo la invitación a todos, porque es importante que sepan que hay quien presta su hogar para mantener ahí a uno o a dos perros. Hay casos donde si el perro tiene sarna o TVT, que es un tipo de cáncer contagioso, se tienen que tener aislados mientras se recuperan para quedar listos para la pasarela de adopción”, comentó Laura Rendón.
La pila de bolsa de croquetas va en ascenso. Uno que otro curioso se acerca a preguntar qué hacen. Le parece extraño ver a tantos perros dentro del Planetario de Playa del Carmen. Una chica le responde: “Ayudamos a los perros de la calle, les brindamos todos los cuidados necesarios, vacunación, esterilizaciones y se atiende si presentan algún problema de salud, este es un proceso por el que todo perro pasa previo a algún evento de exhibición, para que puedan ser adoptados”.
Cuestionada sobre el contraste que existe entre ellos, que dedican esfuerzo para poder salvar a estos animales, y entre aquellos que gastan grandes cantidades para obtener y mantener perros de raza, la activista opinó que también estas personas debieran involucrarse en actividades altruistas. “Ojalá que esa gente entrara en la misma comunicación y mensaje que nosotros damos. Hay perros de raza que también están abandonados en la calle. Sería bastante productivo entablar una especie de alianza para que conozcan otra parte de la historia de los animales, que son los perros callejeros y las razas combinadas. Hay que voltear a ver esta otra realidad, porque en México tenemos un grave problema de sobrepoblación canina”.
“Hay perros de raza que también están abandonados en la calle. Sería bastante productivo entablar una alianza para que conozcan la otra parte, que son los perros callejeros y las razas combinadas”
También relató la historia del rescate de una perra que, luego de ser abandonada tras lastimarse una pata y comenzar gangrenársele, se le tuvo que amputar. Era una perra de raza que usaban para cría. “Simona tres patitas”, hoy es la mascota de Laura Rendón. Esta experiencia es un cuento que sirve para concientizar a los niños en talleres sobre el cuidado de los animales.
Otra representante que acudió a vender productos para mascotas, para recaudar fondos, señaló que falta sacarle mejor provecho a las instituciones de gobierno como el Cebiam.
“Tenemos el propósito de integrar más a todas las asociaciones. Ahorita hay una iniciativa para que con la nueva administración podamos exigirle más a las autoridades y hacer que el Centro de Bienestar Animal haga honor a su nombre, que no sea un antirrábico, una perrera en donde se sacrifican y se maltrata a los animales, sino que sí hay una conciencia para esterilizar y de adopción”, declaró.
“Queremos exigir que el Cebiam haga honor a su nombre, que no sea un antirrábico, una perrera en donde se sacrifican y se maltrata a los animales, sino que sí hay una conciencia para esterilizar y de adopción”
Para ello, se requiere de un mayor presupuesto con el que el Cebiam actualmente no goza. Como costumbre, les toca a las asociaciones hacer esta labor, lamentó.
EL “SHOW” DE LAS ESTRELLAS CANINAS
A 60 kilómetros de distancia, de forma simultánea, un gran grupo de gente se reunía frente a un pequeño portón. Apenas empezaba la mañana, pero el calor ya se volvía insoportable, con un cielo completamente límpido y un sol inclemente. En una pared colgaba un pequeño aviso, que fácilmente se podría pasar por alto. Más indicativo de que uno se encontraba en la dirección correcta, era la gran actividad que bullía en esta entrada, personas saliendo y entrando, cargados de diversos objetos, transportadores de todos tamaños, trayendo a las estrellas del “show”.
Como en Playa del Carmen, también era un evento canino, pero su finalidad era totalmente distinta. Aquí no era altruismo lo que había traído a los cientos de personas al centro de eventos Montaña del Águila (básicamente un baldío con baños y algunas habitaciones), sino admiración por un objeto de lujo: los american bully, perros similares al pitbull, pero de dimensiones mucho mayores, cuyas crías se comercializan en 40 mil pesos en adelante.
40 mil pesos cuestan las crías de american bully
Los ejemplares fueron especialmente traídos de todas partes de la república, incluso los había de Estados Unidos, país desde el que también se trajo al jurado que evaluaría la perfección de los canes sometidos a concurso.
Tener un bully implica más que sólo la compra del animal. Para mantener su pelaje en óptimas condiciones, además de que aumenten de peso, se requiere de una alimentación especial, compuesta de carne, granos, un poco de croquetas e incluso complemento proteico.
Esto lo explicó Federico Díaz, presentador televisivo uruguayo y esposo de Lis Vega, actriz cubana, más famosa por las candentes imágenes que sube a redes que por su histrionismo. Ambos eran también atractivos del evento, ya que firmaban autógrafos y se sacaban fotos con los fans. Junto a ellos dormitaba Coco, imponente bully de 50 kilogramos, hijo del campeón internacional Wolverine.
“Sí, estos perros te exigen muchos cuidados, por eso debemos concientizar a los dueños en eventos como este de la responsabilidad que implican”, señaló el actor, correa en mano. “De por sí son toda una inversión, las crías salen desde los 40 mil pesos, pero si son de campeones como Wolverine, pueden costar mucho más”.
“Estos perros te exigen muchos cuidados, por eso debemos concientizar a los dueños en eventos como este de la responsabilidad que implican”
En todos los rincones, los distintos criadores trataban de paliar el calor que ya afectaba visiblemente a sus canes, que permanecían encerrados en las transportadoras. Para ello, colocaban bolsas con hielo sobre las jaulas y les daban agua de botellas o los rociaban con atomizadores.
Algunos pocos, los primeros pautados para la pasarela, ya eran bañados y perfumados entre dos personas. Los otros estiraban la nariz desde sus transportadoras para tratar de entender lo que sucedía. Hombres, mujeres y niños recorrían los distintos stands, en los que además se ofrecían productos para mascotas y revistas especializadas en la raza.
“A sólo 35 pesos”, rogaba el encargado, enseñando la publicación, con consejos sobre alimentación, cuidados y entrevistas con dueños célebres. La imagen que adornaba la portada era de un ejemplar que estaba a pocos metros de ahí, con el privilegio de poder pasearse con correa. “El Toro”, modelo internacional, también atraía la mirada de muchos de los que allí se habían dado cita.
“Traje a mi esposa para que viera a los bullys, que siempre había soñado tener, pero que son muy caros”, explicó Armando Pool, residente de Cancún desde hace 15 años. “He tenido pitbulls, que también exigen mucha dedicación, pero estos están a otro nivel. Pero eso era antes, cuando te casas todo cambia. Igual, nada pierde uno con mirar”.
Para entonces, una multitud se había formado en el área central, pues Coco y un hermano, también campeón, fueron subidos a una tarima para la foto oficial del evento, en compañía de dos exuberantes modelos colombianas, contratadas para la ocasión.
Al igual que si fuesen un vehículo de lujo, los perros eran el centro de atención, apuntados por la objetivizada mujer, que alzaba la cadera y ponía una mano en la cintura. El mensaje también era el mismo que el de un anuncio de un carro deportivo: gana estatus social siendo el dueño de este objeto caro.
Fotos: Adriana Olvera
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