Con sus propios recursos, la asociación civil “La Tierra Nuestra Casa” consiguió lo impensable: obtener cinco suspensiones de las obras ecocidas
CANCÚN, Q. Roo.- Ubicada al norte de la ciudad de Cancún, en la salida rumbo a la ciudad de Playa del Carmen, está Tajamar, un desarrollo residencial de alta plusvalía, de aproximadamente 79 hectáreas de extensión en donde se cometió uno de los ecocidios más mediáticos a nivel local, nacional e internacional.
EL ORIGEN
Según el informe de Green Peace, Tajamar data del año 2003 cuando inicia el proceso para convertir la zona, rica en población animal y vegetal endémica de Quintana Roo, en un residencial de alta plusvalía.
El conflicto detona el 28 de julio de 2015 cuando los vecinos de los residenciales aledaños se percatan del ingreso de maquinaria pesada, arrancando el mangle de raíz, arrastrándolo y depositándolo a las orillas sepultando vivos a cocodrilos, aves y peces.
LOS QUE AMAN LA NATURALEZA
Inmediatamente se da la voz de alerta a través de las redes sociales y arriban ciudadanos que se colocan delante de la maquinaria pesada para impedir que continúen el desmonte. Los trabajos se detienen, pero inicia una guerra entre los voluntarios contra organismos como Fonatur y Semarnat que justifican la venta de terrenos, minimizando la destrucción del ecosistema.
Cuando esto ocurre, los vecinos se organizan y deciden acampar para frenar la devastación brutal; conforme avanza el proceso, los grupos se fragmentan, pero uno de ellos, el grupo “La Tierra Nuestra Casa” logra lo impensable, la orden de un juez para detener la devastación.
LOS AMBIENTALISTAS
Si visitas Malecón Tajamar, a la entrada de la calle Rambla, encuentras a los voluntarios, personas que te hablan mirándote a los ojos y te cuentan conmovidos el desastre que vivió la zona. Miras el respeto que tienen hacia la naturaleza y su cariño hacia los animales supervivientes.
Tres de los grupos más conocidos han intentado detener el proyecto. En su momento, se dio a conocer que “Salvemos Tajamar”, interpuso una demanda para pedir la suspensión de las obras y el juez la otorgó con una fianza por 22 millones de pesos, pero al no juntar el capital el documento no procedió.
Por su parte la asociación civil que más voluntarios presenta es “La Tierra Nuestra Casa”, quienes consiguieron lo impensable; sostenidos con sus propios recursos han obtenido por parte del juez Quinto las suspensiones 71A, 71B, 72C y 74C y del juzgado II la suspensión 141/2016.
Finalmente la asociación “Guardianes del Malecón Tajamar Cancún”, liderada por Catherine Ender Córdova, una de las más controvertidas debido a su cercanía con figuras políticas como el regidor en Benito Juárez, Antonio Cervera.
EL MILAGRO DE LA VIDA
Después de los traumáticos eventos, un pequeño cocodrilo de aproximadamente un metro de largo, salió confiado de entre las yerbas de la rivera para acudir al llamado gutural de uno de los ambientalistas, Carlos Gamboa.
El cocodrilo de la especie Moreletii, al que han dado el nombre de “George” es parte ya de la familia conservacionista y, junto con otros ejemplares, inyectan vitalidad a los voluntarios.
EL PROYECTO YNFINITY
Fuera de Malecón Tajamar, a un costado, se ubica otro predio en construcción denominado Ynfinity, un sitio en donde probablemente hubo manglar pero ya no existe más; un lugar donde se levanta una torre que presenta una temeraria inclinación.
Ynfinity, es la construcción que distintos medios intentan conectar con Tajamar, pero que en la realidad está fuera del área,. Sin embargo, dentro de Tajamar, hay otro sitio controvertido, la iglesia católica de Santa María del Mar.
En un predio de aproximadamente 100 por 100 metros. Bajo un toldo blanco rodeado de los polémicos árboles de casuarina, aparece la capilla donde se levantará la colosal obra que por el momento vive en papel, y donde se encuentran imágenes religiosas.
APARECE EL NOMBRE “ROBERTO BORGE”
Junto a Tajamar está lo que será un parque ecoturístico y en una esquina, junto a la laguna Nichupté, aparece el basamento de una marina, proyecto presentado por el entonces gobernador Roberto Borge, y del que permanecen gruesos muros que intentan contener el paso del agua para secar los humedales.
EL FUTURO
Visitar Malecón Tajamar conmueve, porque en medio del cementerio de árboles derribados, el mangle sigue brotando y las especies animales poco a poco vuelven a la zona. Así mismo, destaca la entrega de los voluntarios por mantener limpia la zona y sobre todo su constante invitación a no tirar basura y proteger a los animales.
En la opinión de los ambientalistas, el futuro de Tajamar es positivo si las autoridades, en este caso los jueces, fallan a favor de conservar el medio ambiente, el triunfo sería no sólo para la naturaleza sino también para la ciudad.
Nelson Estupiñán Bass, narrador, poeta, ensayista, diplomático y periodista ecuatoriano, dijo alguna vez: “Los manglares no son árboles, son miles de hombres, mujeres, niños y niñas, ancianas y ancianos a quienes Dios les heredó la tierra; el manglar es una forma de vivir, de cantar y sonreír”.
Fotos: Francisco Javier Robles y Cortesía de La Tierra, Nuestra Casa A.C.
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