Al menos una tercera parte de los seres humanos alteraron sus comportamientos habituales debido a la amenaza de la enfermedad covid-19.
En varios países, las cuarentenas que se llevan adelante significan que la basura de la que dependían las ratas ya no está del todo disponible, y esto obliga a los roedores a adaptarse también.
Las ratas hambrientas “pueden deambular bastante y terminar en un vecindario completamente diferente que no tenía ratas antes”, sostiene Robert Corrigan.
El experto señala que estos roedores son “mamíferos formidables“, muy buenos para detectar fuentes de alimentos y que sus poderosos dientes pueden hacer que las barreras como puertas, plásticos o redes no sirvan de mucho.
“Están en todas partes, y no llegarían a ser completamente globales si no fueran muy hábiles para dominar la adaptación“, indica.
Una forma de alejar a las ratas es sellar grietas y agujeros cerca de los cimientos. También tuberías o cualquier otro espacio por donde los roedores puedan entrar.
En interiores, asegúrese de que haya pocos lugares donde puedan esconderse y mantenga las áreas ordenadas.
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