La sequía grave ya afecta a todo el territorio de Portugal. Según un informe del Instituto del Agua, publicado ayer, el 100% del país vive una situación dramática de sequía “extrema” (un 80%) o “severa” (un 20%). El Ministerio de Ambiente advierte de que hasta finales de julio todo el territorio estará en “sequía extrema”, el último de los grados que miden su intensidad.
La actual sequía es la peor desde que existen registros en Portugal y, según los científicos, se trata de un fenómeno que, al menos en las regiones del norte del país, sólo ocurre cada 300 años. Las cifras disponibles apuntan que cada 10 años existe un problema de sequía, pero que ésta es la peor de al menos los últimos 60 años.
La falta de lluvia, que apenas ha caído desde octubre de 2004, explica parte del problema. A esta rara y total escasez de precipitación se suman las altas temperaturas de los últimos dos años. Por este motivo, ni siquiera escapan a esta crisis regiones del norte de Portugal que por su latitud y cercanía al mar suelen soportar mejor la ausencia de lluvia. “Esta sequía asume dimensiones preocupantes, pero la tendencia es que se vuelvan más frecuentes y más intensas en el marco de los cambios climáticos”, explica Hélder Spínola, de la asociación ecologista Quercus.
Las pérdidas, sólo en el sector agrícola, están estimadas en más de 2.000 millones de euros, el 1,5% del producto interior bruto de Portugal. Pero los cálculos son provisionales, porque otros cultivos están en riesgo de perderse en el sur. El Gobierno luso concedió líneas de crédito especiales para los agricultores e intenta ahora llamar la atención de la Unión Europea. La comisaria de Agricultura y Pesca, Mariann Fischer Boel, estará hoy y mañana en Portugal para verificar los daños sobre el terreno.
Incendios fuera de control
El secretario de Estado de Ambiente, Humberto Rosa, explicó ayer que existen ya regiones donde la situación es de “sequía persistente”: aunque llueva mucho en las próximas semanas o meses, el problema no se solucionará. El Ejecutivo decidió tomar medidas inmediatas para controlar la apertura irregular de pozos e introdujo una tasa suplementaria para los grandes consumidores de agua para inhibir el gasto. El consumo humano está garantizado, aunque 26.000 portugueses dependen ya de camiones cisterna.
A las pérdidas en la agricultura, se suma el aumento de gastos con la producción de electricidad en centrales térmicas. Las hidroeléctricas produjeron, en la primera semana de julio, un 7% de la electricidad consumida en Portugal, cuando en la misma fecha de 2004 aseguraban el 20%.
Al problema de la sequía se le suma el de los incendios, que se han disparado, y la falta de agua en los embalses no siempre permite utilizar los medios aéreos. Más de 700 bomberos combatían ayer varios fuegos. El más preocupante, que en la tarde seguía descontrolado, afectaba a Pombal (centro), y obligó a cerrar la autopista que une Lisboa y Oporto,
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