CANCÚN, Q. ROO.- Quintana Roo se convirtió en el primer estado de la República con autorización para criar el cocodrilo de pantano de manera sustentable, con la finalidad de producir y exportar pieles de alta calidad a otros países, anunció este inicio de semana la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
A finales de marzo, el ejido Chacchobén, en el municipio de Bacalar, fue la primera localidad del país en obtener su registro como Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) extensiva, ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), para la conservación y aprovechamiento del cocodrilo de pantano mediante la modalidad de rancheo.
El proyecto, asegura la dependencia, promueve la producción de pieles de cocodrilo de pantano, basado en la conservación de las poblaciones de la especie y de su hábitat mediante UMAs en vida libre. “No contempla la cacería de cocodrilos ni el aprovechamiento de ejemplares provenientes del medio silvestre; se basa únicamente en la recolección y extracción de huevos”, aseguró Hesiquio Benítez Díaz, director de Cooperación Internacional e Implementación de la Conabio.
Estos espacios alternativos de producción, son manejados por las comunidades locales y respaldados por actividades de monitoreo mediante las cuales se establecen cuotas de aprovechamiento sustentadas científicamente. Durante el rancheo, se recolecta una cantidad determinada de huevos del medio silvestre para llevarlos a incubadoras en las cuales la mortandad natural del 90 por ciento, se convierte en una tasa de supervivencia de hasta el 90 por ciento (no se pierden).
El pasado 30 y 31 de marzo, fue presentado en la ciudad de Chetumal el “Proyecto piloto sobre sustentabilidad, sistemas de producción y trazabilidad de pieles de cocodrilo de pantano en México”, el cual es apoyado por las Autoridades de la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (CITES) de México: Conabio, Dirección General de Vida Silvestre, Semarnat y Profepa.
Después de la reunión realizada en la Comisión Nacional Forestal, se hizo una visita de campo a Chacchobén y a la granja Cocodrilia, donde el comisariado ejidal, Ángel Ramírez y habitantes acordaron conservar y restaurar un área de 4 mil 686 hectáreas de selva baja, como hábitat para el cocodrilo de pantano.
“La labor se realiza en colaboración con empresas de la moda y con el respaldo de un sistema novedoso de trazabilidad que utiliza tecnología de punta, permitiendo mediante biometría digital, identificar cada piel, su legal procedencia y origen sustentable; esto, desde la extracción del huevo en el medio silvestre hasta el producto terminado”, señaló el biólogo Benítez Díaz.
El modelo ha mostrado ser efectivo en varios países como Argentina, Brasil, Colombia, Estados Unidos, Australia y Sudáfrica, para promover el desarrollo sustentable de comunidades rurales, con una producción que asciende a centenares de miles de ejemplares anuales, destaca la Conabio.
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