Ya existe una nueva fecha que anuncia, otra vez, el fin del mundo.
La última amenaza de apocalipsis afirma que un cuerpo desconocido llamado Nibiru o Planeta X chocará con la Tierra.
La nueva profecía, que se hizo pública hace algunos años y circula especialmente en la red durante las últimas semanas, asegura combinar astronomía, investigación científica y pasajes de la Biblia para respaldar su predicción.
Incluso el último eclipse total, que a menudo es fuente de miedos y supersticiones populares, es utilizado como argumento para sustentar esta creencia y es definido como “el presagio del apocalipsis”.
Inicialmente, la teoría que defiende la existencia de Nibiru aseguraba que la catástrofe ocurriría en mayo de 2003. Cuando nada sucedió, sus seguidores hicieron una nueva interpretación para programarla en diciembre de 2012, realizando la conexión con el fin de uno de los ciclos del calendario maya.
Pero ¿tiene esta profecía alguna evidencia científica? La NASA lo tiene claro.
“Un engaño de internet”
La agencia estadounidense encargada de la investigación aeronáutica y espacial afirmó ya en repetidas ocasiones que el planeta Nibiru no existe ni hay fundamentos para creerlo. “Es un engaño de internet”, aseguró.
Ya en un artículo publicado en 2012 con motivo del supuesto apocalipsis previsto aquel año, la agencia fue tajante. “Si Nibiru o Planeta X fuera real y se dirigiera hacia la Tierra, los astrónomos lo estarían siguiendo durante al menos la última década, y ahora sería visible a simple vista. Obviamente, no existe”.
David Morrison es uno de los científicos de la NASA que más crítico se muestra públicamente con esta leyenda. En 2011 llegó a asegurar que recibía hasta cinco e-mails diarios de personas preguntando por el supuesto planeta.
Morrison definió como “absurdas” algunas teorías que aseguran que Nibiru podría no haber sido aún localizado por estar escondido detrás del sol, o por solo poder ser visible desde el Polo Sur.
En una entrevista con el diario The Washington Post el pasado mes de enero, Morrison lamentó que aún existan unos 2 millones de páginas web informando sobre la supuesta colisión de Nibiru con la Tierra
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