Los viajes al espacio son una realidad y, por ese motivo, los científicos han comenzado a planificar cómo será la vida y también cómo será la muerte en condiciones diferentes, ya sea en temperaturas extremas o con distinta gravedad. El objetivo es encontrar una práctica funeraria nueva, acorde con un proceso diferente de degradación, que además no implique un alto consumo de energía para la cremación ni que requiera de la difícil tarea de excavar tumbas en un suelo de rocas.
¿Qué le ocurre al cuerpo cuando muere en la Tierra?
Para comprender lo que le pasa al cuerpo cuando muere en el espacio, es necesario comprender el proceso de descomposición que sobreviene cuando una persona muere en la Tierra.
En una primera etapa, la sangre deja de fluir y se acumula, como resultado de la gravedad, generando el livor mortis. A continuación, el cuerpo llega al rigor mortis, cuando se enfría, y se acumula el calcio en los músculos, causando la rigidez del rigor mortis.
Un tiempo después, las enzimas descomponen las paredes celulares, las bacterias se diseminan por todo el cuerpo y devoran los tejidos. El cuerpo comienza a descomponerse, se hincha y, finalmente, los tejidos blandos desaparecen, dejando solo el esqueleto, el que puede sobrevivir hasta miles de años.
Existen diversos factores que afectan todo el proceso, como la temperatura, la presencia de agua, de fuego o de insectos. En algunos casos, la falta de oxígeno y la humedad pueden generar una sustancia llamada adipocira, similar a la cera, que preserva la piel.
¿Qué sucede entonces?
El rigor mortis se vería afectado en el espacio, pues la escasa gravedad evitaría que la sangre se acumule. Sin embargo, según los científicos, dicho rigor mortis se produce incluso dentro del traje espacial.
Las bacterias que descomponen el cuerpo necesitan oxígeno para funcionar adecuadamente, por lo cual el proceso sería mucho más lento. También se vería afectado por la temperatura; por ejemplo, en zonas secas extremas, los tejidos blandos se preservarían durante mucho más tiempo.
Las condiciones desérticas de Marte podrían hacer que los tejidos blandos se sequen, aunque el sedimento arrastrado por el viento erosionaría el esqueleto de la misma forma que en la Tierra.
Los esqueletos, compuestos de materiales inorgánicos, se mantienen durante mucho tiempo en nuestro planeta, pero en suelos muy ácidos, como los que se pueden encontrar en el espacio exterior, posiblemente ocurra lo contrario. En el espacio, desaparecerían los componentes inorgánicos (el esqueleto) y solo quedarían los tejidos, los que se descompondrían lentamente.
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