Las alitas de pollo con un clásico para botanear o pueden ser un aperitivo más en forma, sin embargo, pese a que para muchos son una delicia, su consumo en exceso puede conllevar algunos riesgos para la salud, como una posible intoxicación alimentaria.
Y es que, de acuerdo con el Physicians Committee for Responsible Medicine, en el pollo y sus derivados se encuentran carcinógenos, patógenos y heces que aumentan el riesgo de enfermedades cardiacas, así como el cáncer de mama y prótata o infecciones del tracto urinario, causadas principalmente por la E.coli.
¿Cuánto daño hacen las alitas de pollo?
Según el blog de nutrición y salud estadounidensen Satia, las alitas tienen un tercio más de colesterol, que otra pieza del pollo, lo que favorecería un riesgo de enfermedad coronaria, obesidad y otros problemas de salud.
Además, las alitas preparadas contienen:
- Calorías ocultas
- Grasas en exceso
- Exceso de azúcar
- Sal
- Carbohidratos
- Colores artificiales de la salsa
Además del aceite extra, se rebozan, fríen y condimentan, por lo que el aceite con el que se cocinan puede generar (en grandes cantidades) problemas digestivos y cambios en la microbioma intestinal.
Es por ello que se recomienda limitar su ingesta y probar con opciones horneadas o limitar las salsas con las que se acompaña para evitar riesgos.
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