TOKIO, JAPÓN.- Japón se retiró este domingo en forma oficial de la Comisión Ballenera Internacional, por lo que reanudará la caza comercial de ballenas a partir de este lunes.
El archipiélago se unió a la comisión en 1951 en busca de la caza de ballenas sostenible mediante la protección del número de estos cetáceos, destacó la cadena NHK.
Después de que el país asiático suspendiera la caza comercial en 1986 de acuerdo con una moratoria de la comisión, no ha sido capaz de acercar posturas con las naciones que se oponen a esta práctica.
Al siguiente año, el país inició la caza argumentando fines de “investigación científica” en la Antártida y hasta la fecha sigue matando ballenas, sirviéndose de la cláusula de la moratoria que permitía esa práctica.
Japón anunció la intención de retirarse del acuerdo el pasado diciembre diciendo que ya no era posible reanudar la caza comercial de ballenas bajo las normas de la comisión.
Este lunes varios barcos balleneros partirán del puerto occidental de Shimonoseki, prefectura de Yamaguchi, para comenzar las capturas en el océano Pacífico.
Además en la norteña ciudad de Kushiro, prefectura de Hokkaido, cinco barcos planean partir para la caza en aguas cercanas.
Japón llevará a cabo la caza comercial de ballenas minke y otras especies tan solo en sus aguas territoriales y zonas económicas exclusivas. Estos cetáceos cuentan con poblaciones suficientes para cumplir con las cuotas establecidas por el método de la Comisión Ballenera Internacional.
Fuera de la Comisión, Japón ya no podrá practicar la caza científica en la Antártida; ahora sólo deberá hacerlo en aguas cercanas y dentro de su zona económica exclusiva.
En tanto, organizaciones ambientalistas han señalado que la nación asiática nunca dejó de capturar ballenas y su supuesta caza para la investigación era en realidad la pesca comercial encubierta, debido a que la carne del cetáceo suele terminar en las pescaderías.
La caza de ballenas es para los japoneses más nacionalistas una tradición importante del país, que se remonta al siglo XII, mientras organizaciones proambientalistas la consideran contraria a la defensa de las especies marinas, de los océanos y el planeta en general.
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