“No vengo a rendir cuentas con palabras vacías, sino con resultados”, dando continuidad a la gran “hazaña” que inició Andrés Manuel López Obrador, señaló la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en el inicio de su primer informe de Gobierno. Atrás quedó, dijo, “la oscura noche del neoliberalismo.
Afirmó que “la presidenta camina sin miedo y con cercanía por todo el país. Por ello, que se oiga bien, fuerte y lejos: la cuarta transformación no sólo continúa sino que se profundiza, se arraiga en el pueblo con más fuerza que nunca es decir la transformación avanza”, sostuvo.
Tras ser recibida con prolongados aplausos en el Patio de Honor de Palacio Nacional, resaltó que comparece ante la nación para rendir cuentas de los primeros 11 meses de su gobierno.
“Lo hago como servidora del pueblo, con certeza de que jamás olvidaré las causas que nos han movido siempre: construir un México más justo, democrático, libre y soberano”.
Como primera mujer presidenta en rendir cuentas a la nación, “sostengo como el primer día: no llegué sola. Llegué con todas las mujeres mexicanas y eso ha generado en las niñas, jóvenes y adultas una fuerza extraordinaria que mueve conciencias, abre caminos y rompe barreras, que por siglos parecían imposibles de derribar”.
Dijo que no es la victoria de una sola persona, sino el fruto de “una voluntad colectiva que durante décadas resistió, luchó y soñó con un país con justicia”.
Venimos de un movimiento profundamente humanista, democrático y popular “que colocó al pueblo en el centro del quehacer político y a la honestidad como principio rector de la vida y del servicio público, expuso.
“Hoy vengo a rendir cuentas no con palabras vacías, sino con resultados que se reflejan en la vida cotidiana de millones de mexicanas y mexicanas damos continuidad y avanzamos sustentados en la gran hazaña del presidente López Obrador, que no solo separó el poder político del poder económico, sino que con un nuevo proyecto de justicia social, sacó de la pobreza a más de 13.5 millones de personas”.
Es pertinente, dijo la mandataria, mencionarlo cuantas veces sea necesario: “de 2018 a 2024, la población en pobreza pasó de representar 41.9 por ciento de la población a 29.5 por ciento, el nivel más bajo desde hace por lo menos 40 años”.
Dijo que la desigualdad también se redujo significativamente, colocandonos como el segundo país con menor desigualdad de América, después de Canadá.
“Quedó en el pasado la oscura noche neoliberal bajo el cual este modelo establecía que el Estado no debía intervenir en el desarrollo, ni preocuparse por redistribuir la riqueza, sino simplemente crear un entorno favorable para los negocios, confiando en que las ganancias de las de los inversionistas eventualmente beneficiarían a toda la sociedad.
La experiencia de esas décadas, agregó, “demostró que esta idea era completamente errónea sin un papel activo del Estado orientado a la justicia social”.
“La concentración de la riqueza solo profundiza la desigualdad y deja millones en la pobreza”, señaló.
Además, en nuestro país “la corrupción dañó durante demasiados años el bienestar del pueblo”. Dijo que antes, el error fundamental fue “ignorar y acumular riqueza sin garantizar su distribución equitativa, genera desigualdad, graves, conflictos sociales”.
Afortunadamente “estamos consolidando un nuevo modelo económico que garantiza la estabilidad macroeconómica, pero impulsa la prosperidad compartida con salarios justos y programas de bienestar.
También “fortalece la educación, la salud y el acceso a la vivienda; promueve el desarrollo regional con inversión pública y privada, nacional y extranjera al tiempo que se gobierna con honestidad y austeridad republicana.
El humanismo mexicano también consolida la soberanía la democracia y las libertades en México. No se reprime no se usa la fuerza del Estado en contra del pueblo. Se practica la mayor libertad de expresión de toda la historia”.
Tampoco existe “la censura, todas las autoridades son elegidas por el pueblo”.
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