“Las manecillas del Reloj del Juicio Final permanecen en 100 segundos antes de la medianoche, tan cerca de la medianoche como nunca. La letal e inspiradora pandemia de la COVID-19 sirve como una llamada de atención histórica, una ilustración vívida de que los gobiernos nacionales y las organizaciones internacionales no están preparados para manejar las amenazas que verdaderamente ponen fin a la civilización como las armas nucleares y el cambio climático”, advierte Rachel Bronson, presidenta del Boletín de Científicos Atómicos
El grupo de expertos fijan a través de las manecillas de este simbólico reloj el fin del mundo para la humanidad.
No es la primera vez que estos científicos levantan la voz. Algunos los tacharían de alarmistas, pero lo cierto es que después de sus anteriores advertencias se sucederían acontecimientos del calado de los incendios de California, la llegada al poder de Donald Trump o el asalto al Capitolio sin salir de los Estados Unidos.
No obstante, a nivel global, sus preocupaciones son aún mayores, sirviendo el coronavirus como último gran ejemplo. “Nunca había estado tan cerca de su fin, incluso en el apogeo de la Guerra Fría”, sentencian.
“Como podemos ver con la pandemia actual, algo tan pequeño como una mutación viral podría acercarnos al día del juicio final. Debemos seguir tomándonos esta amenaza en serio”, añadió la doctora Asha George, del Consejo de Ciencia y Seguridad del Boletín.
“En esta época de auténtica crisis, los gobiernos renunciaron con demasiada frecuencia a su responsabilidad, ignoraron los consejos científicos, no cooperaron ni se comunicaron de manera eficaz y, en consecuencia, no protegieron la salud y el bienestar de sus ciudadanos”, añade el informe que acaba de ver la luz.
Con todo, la cercanía de las agujas del Reloj del Juicio Final a la medianoche, o lo que es lo mismo, al fin del mundo, continúa siendo acortada por las dos mayores amenazas de autodestrucción aún sin resolver: las bombas atómicas que acechan desde 1945 y el cambio climático que constituye el mayor peligro desde 2007.
Es precisa una respuesta “urgente e inmediata”, no cesan de repetir. “Creamos estas amenazas y podemos controlarlas, pero el margen de error es bajo”, zanjan.
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