CANCÚN, Q. ROO.- El colegio de Contadores Públicos de Quintana Roo dio a conocer que con la llegada de Donald Trump, el país va camino a una situación de encono, “me toca hablar sobre las remesas que nuestros paisanos envían a sus familias desde los estados”, dijo Jaime de Jesús Novelo Montalvo, integrante de dicho Colegio.
Explicó que son 26 mil 700 millones de dólares (493 mil 950 millones de pesos) de remesas que se verán afectadas en años venideros, donde en la mayoría de los casos eso ayuda en mucho a las familias, porque ese dinero viene a formar parte del consumo-inversión que se queda en el país.
El especialista abundó que estos 26 mil 700 millones de dólares representan un 9% de incremento en relación al 2015; pero esto puede significar que los migrantes en Estados Unidos están muy apurados por enviar el dinero que tienen ahorrado en el vecino país, y no estar sujeto al gravamen del 2% que quiere el Congreso en esta era Trump.
Calificó como un absurdo la medida de gravar las remesas, es como la demanda de poner freno al tráfico de armas de EEUU a México, y solicitar que el vecino país lo pague, porque de allá llega el armamento que utiliza el crimen organizado en nuestro país, “eso es un absurdo”.
Detalló que, con la medida de repatriar a los mexicanos, el que saldrá perdiendo es Estados Unidos, pues los paisanos envían a México solo un 10 por ciento de lo que ganan y allá gastan el otro 90 por ciento de su salario, así que, haciendo cuenta la mano de obra mexicana representa para el gobierno norteamericano la cantidad de 300 mil millones de dólares.
Ese “10% se ve relejado en la autoconstrucción, los que se van a Estados Unidos son familias menesterosas, donde tienen problemas con la alimentación, el vestido y el techo; esa cuestión se ha resuelto en México, en las comunidades empobrecidas, lo que buscan es tener una casa digna, eso significa que al comprar los materiales viene a dar una dinámica económica”.
SIN AFECTACIÓN PARA MÉXICO
Jaime de Jesús Novelo Montalvo, destacó que en el caso hipotético que Donald Trump llegara a los extremos de la erradicación de los indocumentados en Estado Unidos, como lo hizo Hitler con los judíos, no se afectaría el Producto Interno Bruto (PIB) del país, pues las remesas solo representan el 2% del total al generar los bienes y servicios generales, como sí afectaría a los países centroamericanos como Guatemala, donde la dependencia de las remesas es mayor que en México.
De los 2 mil 450 municipios de los que tiene el país, esas remesas le llegan a poco más de 100 municipios, más o menos al 5% de la población; sin embargo, el problema se vería reflejado en que estarían llegando 11 millones de mexicanos, casi el 10% del total de la población, que demandarían servicios de todo tipo, escuelas, hospitales, trabajo, eso es el problema”, acotó.
Advirtió que la llegada de los migrantes puede traer desempleo, que contribuye al aumento de la violencia, porque no hay espacio para que todos los connacionales deportados abran un pequeño negocio.
“El negocio más benéfico para México es la remesa, luego la exportación de automóviles; el tercero la manifactura, el cuarto lugar el petróleo. Las remesas no tienen costo. México al exportar telas y medicina, necesita los insumos y los compra en dólares, paras las remesas no se tiene que comprar nada, hay empresas que se ven beneficiadas por estos servicios financieros”, destacó el contador público.
Criticó que es imaginario lo que dice el presidente de Estados Unidos, de acabar con la migración, con las remeses al poner un impuesto del 2% para que de ahí se pague el muro; pero ellos son los que están mal, pues allá no se escucha que agarraron a un capo famoso, ellos son los grandes consumidores de drogas, pero prefieren atacar al país vendedor como México, con sus políticas antidrogas.
Fustigó que algo similar ocurre con la mano de obra de los mexicanos, porque a pesar que el trabajador paga sus impuestos, con esta política antiinmigrante, le dividen a la familia, se la segregan, “lo consideran delincuente y criminal, pero el gobierno estadounidense no castiga para nada al empleador, contrata a los migrantes por ser mano de obra barata. Cuando salgan los mexicanos, y dejen libre los espacios, se les va a incrementar el costo de la mano de obra porque no le pagarán lo mismo a un norteamericano”, concluyó.
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