Michael Jackson murió por culpa de una intoxicación aguda de propofol y benzodiazepina el 25 de junio de 2009, después de sufrir un paro cardíaco.
El “El Rey del Pop” dejó consigo un legado innegable por el que será recordado para siempre.
Sin embargo, el informe de la autopsia de la estrella de la música ha arrojado nuevos datos a luz.
Sobre todo acerca del terrible estado del cuerpo del artista cuando murió, demacrado por las numerosas operaciones estéticas a las que se sometió para blanquear su piel.
Michael tenía pastillas parcialmente disueltas en su estómago y comía tan solo una pequeña al día.
Además, su cadera, muslos y hombros presentaban numerosas marcas de pinchazos de los medicamentos que la estrella de la música recibía por parte de su médico personal
MJ se había sometido a nuevos retoques estéticos durante sus últimos días de vida, se tatuó sus labios de color rosa, asimismo se tatuó las cejas de color negro y la parte delantera de su cuero cabelludo.
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