El senador centrista Rodrigo Paz Pereira se perfila como el próximo presidente de Bolivia, tras obtener aproximadamente el 54.57 % de los votos en la segunda vuelta electoral, según cifras preliminares dadas a conocer por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) con más del 97 % de las actas procesadas.
Su contrincante, el exmandatario Jorge “Tuto” Quiroga, obtuvo alrededor del 45.43 % de los votos.
La jornada electoral se desarrolló sin incidentes graves, y la participación ciudadana fue estimada entre el 85 % y el 89 % del padrón.
Un cambio de rumbo político
Con esta victoria, Paz pone fin a dos décadas continuas de gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS), que habían dominado la escena política boliviana.
El triunfo del Partido Demócrata Cristiano (PDC), que presentó a Paz junto al expolicía Edman Lara como fórmula vicepresidencial, representa un giro hacia el centro-derecha en un país acostumbrado a liderazgos izquierdistas.
En su discurso de aceptación, Paz reconoció que heredó parte de los votos del MAS, especialmente en el occidente andino de mayoría indígena, lo que da cuenta de su capacidad para movilizar fuerzas más allá de su base partidaria tradicional.
Retos y expectativas
Ahora, Paz deberá enfrentar enormes desafíos. Entre los más urgentes están:
Revertir la debilidad económica y diversificar una economía dependiente de materias primas.
Atender la demanda de una población joven, con alta expectativa de empleo e inclusión social.
Reconciliar la polarización política latente y asegurar una gobernabilidad estable.
Mantener la legitimidad de los resultados mientras se completa el conteo oficial, pues los datos actuales son preliminares.
Además, la toma de posesión está prevista para el próximo 8 de noviembre, fecha en la cual el nuevo gobierno asumirá formalmente, y se dará por finalizado el ciclo de 20 años del MAS en el poder.
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