“Salpican” a Félix González y Roberto Borge en juicio de “El Chapo”

WASHINGTON, EU.- En el tercer día del juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán, la Fiscalía Federal de Estados Unidos llevó el interrogatorio de Jesús “El Rey” Zambada, uno de sus testigos importantes; quien durante su tercer día en el estrado de los testigos habló sobre las operaciones del “Cártel de Sinaloa”, bajo el mando de su hermano, Ismael “El Mayo” Zambada y Guzmán Loera, que incluían la práctica constante de grandes sobornos millonarios a funcionarios, militares, policías y a gobernadores que iban de 100 mil dólares a 1 millón de dólares.Entre ellos mencionan al Estado de Quintana Roo que en aquellos periodos de gobierno era dirigido por Roberto Borge Angulo, y su antecesor Félix González Canto quienes a través de Leticia Rodríguez Lara “Doña Lety”, operadora de “El Chapo” en la entidad, operaba en el estado impunemente.

Otros estados mencionados en el juicio son Jalisco, Guerrero, Nayarit, Tabasco, Chiapas, Baja California Sur, Sonora, Morelos y Ciudad de México, donde dejaban operar libremente al Cártel de Sinaloa a través de sobornos millonarios.

Zambada señaló que durante los 20 años que participó en el cártel fue cambiando. Indicó que líderes como Juan José El Azul Esparragoza, los hermanos Beltrán Leyva, El Mayo y El Chapo, Amado Carrillo Fuentes y otros manejaban varios estados bajo el control de lo que primero se llamaba La Federación y después pasó a ser el cártel de Sinaloa.

Habló también acerca de las guerras entre cárteles y capos, como la sangrienta disputa entre los hermanos Arellano Félix y el cártel de Sinaloa, que casi le costó la vida a él, a su sobrino, Vicente Zambada, y al propio Chapo.

De acuerdo a lo declarado por Jesús Zambada, los sobornos a los más altos niveles los manejaban directamente “El Mayo” y “El Chapo”, y conocía de casos donde se habían pagado un millón de dólares al titular de la PGR, al “licenciado” y otros 500 mil dólares a un general.

Agregó que los pagos al gobierno por su cártel incluían a comandantes de la Procuraduría General de la República (PGR), “uno que llamábamos `El Yanqui”, a la Policía Federal de Caminos, a la Policía Judicial, a la Policía del Distrito Federal y a la Interpol”.

A escala estatal, se les pagaba a gobernadores, al procurador y a la policía judicial y municipal, declaró.

Hay que recordar que Leticia Rodríguez Lara “Doña Lety”, vinculada a proceso a principios de año por los delitos contra la salud en su modalidad de posesión con fines de transporte y portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, está identificada como presunta líder de un grupo criminal que opera desde 2005 en Cancún, Playa del Carmen y Alfredo V. Bonfil, en Quintana Roo, ligado al “Cártel de Sinaloa”.

El ex gobernador Roberto Borge Angulo, junto con Félix González, “vendieron” la plaza de Quintana Roo a Joaquín “El Chapo” Guzmán. Estos dos exgobernadores son el principal artífice de casi extinguir a la Policía Estatal, a cargo del general en retiro Bibiano Villa Castillo, y concentrar a los pocos efectivos mal armados sobre todo en Chetumal y así dejarle la responsabilidad a las policías municipales del norte de Quintana Roo las cuales fueron fácil mente controladas por el crimen. Borge Angulo fue sabedor de antemano que la policía municipal no podría con el combate a los narcotraficantes y que serían presa fácil los directivos y policías municipales de ser sobornados y comprados por el la delincuencia organizada. Al retirar la policía estatal hacia la capital del estado, el ex gobernador les mandó un claro mensaje a los diferentes operadores de células y grupos delictivos, entre ellos Los Pelones y Los Zetas, de que les dejaba libre la plaza para operar.

Luego de la derrota electoral que sufrieran Félix y Borge en el 2016, ya no podrían sostener los “pactos” a la llegada del nuevo gobierno, es entonces donde se desataron actos de extrema violencia tales como el ataque a la Vice Fiscalía del estado en la zona norte en enero del 2017. También resalta los hechos violentos como ejecuciones, desde descuartizados, decapitados y desmembrados, que ya casi suman 500 tan solo en Cancún, en lo que va de este año.

Con las anteriores declaraciones ante el Fiscal Federal de Estados Unidos, “El Rey” Zambada confirma lo que se sabía a voces en Quintana Roo, pero si tener las pruebas.

Ante la llegada del nuevo secretario de Seguridad Publica Alberto Capella a la entidad anunciaron una “limpia” de la policía municipal de Benito Juárez que provocó que elementos vinculados al crimen hicieran un paro de labores este cinco de noviembre con el objetivo de que proteger a los poderes facticos que se habían enraizado en la corporación, la cual, por declaraciones de Alberto Capella, se puso a descubierto que estaba infiltrada por el narcotráfico.

Jesús Zambada señaló que durante los 20 años que participó en el cártel fue cambiando, Indicó que líderes como Juan José “El Azul” Esparragoza, los hermanos Beltrán Leyva, “El Mayo” y “El Chapo”, Amado Carrillo Fuentes y otros manejaban varios estados bajo el control de lo que primero se llamaba La Federación y después pasó a ser el “Cártel de Sinaloa”.

Por lo que se pone en evidencia al ex gobernador Roberto Borge Angulo y a su antecesor Félix González Canto, en lo que puede considerarse la entrega de Quintana Roo y el vínculo con el narcotráfico y crimen organizado por medio de “Doña Lety” al Mayo Zambada y Chapo Guzmán supuestos líderes del Cartel de Sinaloa.

Todo indica que el mediático juicio contra el narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán no dejará títere con cabeza. Era algo que se anticipaba: el cartel de Sinaloa se convirtió en la transnacional del crimen más poderosa del mundo bajo el cobijo de funcionarios corruptos, y algunos ya han comenzado a ser citados en la corte.

El pasado jueves, en su segundo día testificando en la corte federal de Brooklyn, el hermano del capo Ismael ‘El Mayo’ Zambada, quien era jefe de plaza en la Ciudad de México y operador financiero del cartel, lanzó otra bomba: afirmó que este grupo delictivo ha tenido en su nómina desde policías municipales y oficinistas del gobierno, hasta gobernadores y generales. La Fiscalía federal agrupa a los funcionarios al servicio del cartel como una de las tres columnas que sostienen al grupo.

Jesús Zambada, alias ‘El Rey’, el primer gran testigo de las autoridades en este caso, dijo que él se encargaba de repartir alrededor de 300,000 dólares mensuales a varios oficiales y policías en la capital mexicana para proteger sus operaciones criminales y a los miembros del grupo. Estos pagos también se repartían en cada una de las regiones controladas por la organización.

“Si hablamos de los estados, (se entregaban sobornos) principalmente al gobernador, al procurador de justicia, al director de la Policía Judicial, al de la Policía municipal”, detalló con tranquilidad el hermano menor de ‘El Mayo’, quien aceptó testificar contra Guzmán Loera para que el gobierno no lo condene a cadena perpetua por importación de narcóticos al mayoreo. También le ofrecieron traer a su familia a EEUU para “que no vayan a sufrir algún atentado de muerte”.

‘El Rey’, quien fue parte del cartel desde 1987 hasta su captura en la Ciudad de México en 2008, no mencionó qué gobernantes aceptaron dichos pagos indebidos, solo explicó ante el tribunal que el grupo tiene presencia en al menos 11 entidades: Sinaloa, Baja California, Nayarit, Jalisco, Guerrero, Chiapas, Tabasco, Quintana Roo, Chihuahua, Morelos y la Ciudad de México.

La infiltración de las organizaciones de tráfico de sustancias ilícitas en las agencias de gobierno en México y EEUU es un problema añejo. A finales de 2016, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) lanzó una campaña para combatir la corrupción en la frontera, tras ventilarse que cerca de 200 empleados del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y algunas de sus agencias —entre ellas la Patrulla Fronteriza y el CBP— habían recibido unos 15 millones de dólares en sobornos de carteles de la droga mexicanos a lo largo de una década.

El general corrupto

Zambada solo ha identificado a un militar leal al cartel. Dijo que se apellida Toledano, que era un general del Ejército y que estaba al mando de un batallón en la ciudad de Chilpancingo, Guerrero. En 2004, contó, este tenía un acuerdo con ‘El Chapo’ para que facilitara sus operaciones en una de las regiones donde más se siembra amapola y marihuana. No se ha podido verificar hasta ahora la identidad de este uniformado.

“(‘El Chapo’) me dijo que le diera de parte de él 100,000 dólares y que fuera a saludarlo (…) En esa ocasión yo iba a importar cocaína de Colombia por el estado de Guerrero”, relató Jesús Zambada, refiriéndose a que los cargamentos de droga que llegarían en lanchas rápida a las costas. El soborno fue entregado como “un regalo” y acompañado de “un abrazo” del jefe del cartel de Sinaloa. De esa manera le indicaba que el hermano de ‘El Mayo’ sería su representante en esa zona, de acuerdo con el testimonio.

Vistiendo un uniforme de reo de color azul, Zambada aseguró que de 1987 a 2008 la organización tenía comprados a los fiscales generales de México, así como agentes de la Policía Federal de Caminos, la Policía Federal (PFP) y de la unidad de inteligencia del gobierno (SIEDO, ahora SEIDO). Los pagos también se repartían entre directivos de aeropuertos, puertos y hasta de la Interpol.

Tanto ‘El Mayo’ como ‘El Chapo’ se encargaban de entregar el dinero a los oficiales de mayor nivel a través de abogados. ‘Rey’ afirmó que durante varios años manejó las ganancias de su hermano ‘El Mayo’. “Me decía: ‘dale medio millón de dólares al licenciado, que se lo va a dar al director de la PGR’ o ‘dale otros 50,000 dólares al general’”, afirmó.

Destinando parte de sus ganancias ilícitas a las autoridades, el cartel lograba que sus cargamentos llegaran a su destino final: las calles de varias ciudades de Estados Unidos. “Era para que dieran protección y seguridad a los movimientos de narcóticos del cartel, y seguridad a los líderes, a mí y a mis trabajadores”, dijo el narcotraficante, el cual reconoció que algunos oficiales no aceptaron los sobornos.

En su plaza, la Ciudad de México, Zambada usaba policías para reclutar a otros agentes: “Son policías que uno conoce de muchos años, que son de confianza. Ellos meten a los nuevos policías a trabajar para el cartel”.

El hermano de ‘El Mayo’ dijo que funcionarios estadounidenses también estaban en su nómina. Por ello, él no solo tenía identificaciones mexicanas falsas, sino “una visa” con otro nombre.

A través de sus fuentes en varias agencias policiacas –dijo– se enteraba de operativos enfocados en el cartel de Sinaloa. “Le pedía al comandante que desviara o tratara de parar la investigación”.

Cuando Guzmán Loera se escapó por primera vez de una prisión de máxima seguridad en 2001, ‘El Mayo’ le pidió a su hermano Jesús que le ayudara a montar una operación para transportar a su socio a una mansión suya en un exclusivo vecindario de la Ciudad de México. Esto se realizó usando un helicóptero que aterrizó en un poblado del estado de Querétaro y después ‘El Rey’ llevó en su vehículo al mafioso, escoltado por agentes policiales corruptos.

“En la Ciudad de México nos estaban esperando policías que trabajaban para mí, una patrulla de la Policía de distrito y una moto de la Policía. La moto iba adelante y la patrulla atrás”, relató Jesús Zambada. Al ver a los uniformados, ‘El Chapo’, quien había escapado luego de pasar ocho años en prisión, se espantó. “Yo le dije: no te preocupes, esta es nuestra gente, nadie nos va a tocar ahora”.

‘El Rey’ también echó mano de los sobornos para anticipar operativos militares para capturar a ‘El Chapo’.

También relató que la muerte de Ramón Arellano Félix, el sanguinario jefe del cartel de Tijuana, se planeó con la ayuda de policías locales. El reporte oficial asegura que el 10 de febrero de 2002, Ramón, el más sanguinario de sus hermanos, iba a bordo de un Volkswagen blanco que circulaba en sentido contrario por una calle de Mazatlán, Sinaloa. Era domingo y la vía estaba llena de gente porque en la ciudad se desarrollaba su famoso carnaval. Cuando el vehículo fue encarado por policías se desató una balacera entre ambos bandos en la que resultó muerto quien entonces era el capo más buscado de México.

Pero ‘El Rey’ Zambada asegura que el tiroteo fue organizado por ‘El Chapo’. “Le hicieron una parada con la Policía. Él (Ramón) no se paró, trató de huir, hasta que se bajó frente a un hotel y trató de entrar. Le dispararon, le dieron un balazo en la nuca y lo mataron”.

Dice que Guzmán Loera celebró la ejecución del que entonces era su principal enemigo. “Ramón Arellano había matado a varios amigos de ‘El Chapo’ y también a nuestro hermano (Vicente Zambada, quien fue baleado frente a su casa en Cancún)”, declaró el testigo. “Dijo que si algo le había dado gusto era haber matado a Ramón”.

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