CANCÚN, Quintana Roo.- Para Lenin Amaro Betancourt, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en la Playa del Carmen, el sector privado enfrenta varios retos en esta zona, entre los que destacan la inseguridad, el sargazo, la recuperación de playas y la baja en la afluencia de visitantes.
El tema de la inseguridad es complicado porque apenas está entrando en funciones la Guardia Nacional y recién se concretó el Mando Único en todo Quintana Roo. Esta coordinación es buena y esperamos resultados a corto plazo, pues es muy importante bajar la incidencia delictiva en todas sus modalidades, apunta.
En el caso del sargazo, es tajante: “Lo que se necesita es efectividad y mejores resultados”.
El dirigente subraya que el tema del sargazo ha sido complicado desde el comienzo del año y, aunque en este momento están bien, en algún momento la costa llegó a colapsar.
Lo importante es blindar los nueve puntos que marcó el gobierno del Estado con la Marina, incluidos los 2.5 km de la gran ventana de Playa del Carmen, donde hemos insistido en que la empresa contratada que se comprometió a meter dos sargaceras efectivas porque las que tiene no lo son y mejores barreras. Sus cuadrillas realizan un buen trabajo en la playa, pero el contrato es de 39 millones de pesos, expone.
Se nos dijo que eligieron esa empresa porque tenía toda la infraestructura: barreras, sargaceras y cuadrillas, pero estamos viendo que las barreras no tienen la efectividad que nos ofrecieron, que es 70-30, de modo que el 70 por ciento del sargazo se quedaría en las barreras y sólo el 30 por ciento llegaría a la playa, pero ha sido a la inversa, continuó.
Si bien insiste en que la situación en este momento es tranquila debido a las corrientes predominantes, se necesita que entren nuevas sargaceras y que las barreras sean realmente efectivas para que en enero, cuando se reanuden los recales de sargazo, se deje de ser reactivos y se trabaje con un proceso elaborado con base en la experiencia.
Por otro lado, señaló que en los 10 años anteriores a 2017 se registró una ocupación atípica en esta temporada, pero este año, como en 2018, se espera una temporada complicada para el sector empresarial en general.
En el verano los hoteles de la playa estuvieron al 80 por ciento, pero en la ciudad estuvimos al 50-55 por ciento. Las reservaciones están muy abajo y esperamos que la ocupación no caiga más allá del 40 por ciento porque de eso dependen las ventas, la derrama, comenta.
Por último, señaló que estos meses se aprovecharán para dar mantenimiento a los hoteles y restaurantes y prepararse para el invierno.
“Esperamos que no haya violencia en la zona turística y blindar esa zona contra el sargazo para garantizar una buena temporada”, manifestó.
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