Derivado de la controversia que se ha generado por las nuevas tarifas de acceso al parque “El Jaguar” en Tulum, el director General del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Quintana Roo, Margarito Molina Rendón, dijo que están en la búsqueda de que se aplique una sola tarifa a los visitantes, que sea justa y accesible porque tras la apertura del sitio deben pagar entre 256 y 351 pesos por persona, lo que ha generado diversas reacciones, especialmente entre quienes no anticipaban este gasto adicional.
Este nuevo cobro es parte de una iniciativa del Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos Olmeca Maya Mexica (GAFSACOMM), que aplica tarifas diferenciadas:
45 pesos para quintanarroenses con credencial; 195 pesos para turistas mexicanos, 295 pesos para visitantes extranjeros, esto adicional a los 100 pesos que cobra el INAH y la nueva tarifa que también implemento la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
“Parece ser que va a ser cobro único pero todavía falta, el INAH sigue cobrando lo mismo, el INAH cobra 100 pesos, nosotros seguimos cobrando y ya estamos en coordinación con GAFSACOMM para ver cómo vamos a hacer el cobro el próximo año en términos de que ellos administran el parque el Jaguar talvez se llegue a un cobro único donde va haber cobro diferenciado del INAH, CONANP y el Parque del Jaguar”, explicó.
Reconoció que esta situación ha generado debate entre sectores turísticos, mientras algunos consideran la tarifa necesaria para el mantenimiento del parque, otros cuestionan la falta de comunicación que deja a los turistas desprevenidos y el riesgo de que baje la afluencia de visitantes incluso está temporada de invierno porque el 40% de los turistas que llegan al destino son repetitivo y han visitado las zonas arqueológicas.
En este mismo sentido, la Secretaria de Turismo de Quintana Roo, también ha iniciado conversaciones con autoridades federales y actores involucrados en la operación del parque con el objetivo principal de asegurar que el proyecto sea sostenible y accesible para todos, promoviendo un balance entre turismo y conservación ambiental.
La resolución de esta controversia será crucial para el próximo año a fin de garantizar que el Parque del Jaguar no solo sea un referente de conservación, sino también un motor para la economía local y una experiencia accesible para todos los visitantes.
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