Entre 2018 y abril de 2024, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) reportó el robo o extravío de 2,227 armas de fuego —1,417 hurtadas y 810 perdidas— en manos de sus elementos, de acuerdo con información oficial.
El año con más robos fue 2019, con 309 armas, principalmente cortas, mientras que el mayor número de extravíos se registró en 2021. Expertos advierten que, a pesar de la aparente disminución de casos, podría haber un subregistro, sobre todo cuando las armas desaparecen en enfrentamientos.
Consultores en seguridad señalan deficiencias en los controles internos del Ejército, opacidad en el seguimiento de los casos y falta de sanciones claras. Aunque existe un protocolo formal para reportar estas pérdidas, en la práctica las armas casi siempre “se dan por perdidas”, y los responsables rara vez enfrentan consecuencias.
Además, especialistas alertan sobre la existencia de un mercado ilegal de material castrense y la falta de un inventario centralizado. También preocupa el robo de municiones, especialmente explosivas, difíciles de rastrear y usadas por el crimen organizado.
Como medidas urgentes, proponen mejorar la trazabilidad, coordinarse con fiscalías estatales y fortalecer la supervisión civil sobre el armamento militar.
Con información de: Los Reporteros MX
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