Q. Roo es el tercer estado del país con más número de casos; eludir el amarillismo en los medios y la priorización de la salud mental en programas públicos, claves para evitarlos
CANCÚN, Q. Roo.- El suicidio es una conducta que puede repetirse por imitación. No es casualidad que mujeres y hombres -jóvenes, en su mayoría- de la península de Yucatán opten por privarse de la vida por la vía del ahorcamiento utilizando una hamaca, particularmente cuando se trata de un conflicto amoroso o pasional. Éste método ha tomado “popularidad” en Quintana Roo por diversos factores, pero principalmente, por la manera irresponsable con la que algunos medios de comunicación abordan los casos, ya de por sí dramáticos por su naturaleza.
IMITACIÓN Y “CONTAGIO”, EL EFECTO WERTHER
Sobre el efecto imitativo de la conducta suicida, hay varias investigaciones y estudios científicos que demuestran que los medios de comunicación masiva son la forma de “contagio” más poderosa, y es por eso que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emite una serie de lineamientos y protocolos sobre cómo publicar los hechos relacionados con los suicidios. Entre otros puntos, pide omitir elementos personales que inspiran compasión al lector y mensajes que sugieren que el suicidio es una salida eficaz a los problemas. Medidas que no se siguen en Quintana Roo y que han contribuido a la “popularidad” del método de la hamaca.
“La nota se tiene que publicar en el interior del periódico, no en portada, sin fotografía, con un mensaje claro de prevención y sin descripción del método utilizado. Verlos en primera plana va contra la dignidad de la víctima”
“Hay que cuidar a la comunidad y no fomentar el amarillismo. Falta sensibilidad en los medios. Hoy, un periódico impreso saca una nota que va en contra de todas las recomendaciones que hace la OMS. Hay protocolos de prevención del suicidio y hay un documento específico para medios de comunicación. La nota se tiene que publicar en el interior del periódico, no en portada, sin fotografía, con un mensaje claro de prevención y sin descripción del método utilizado. Verlos en primera plana va contra la dignidad de la víctima, en contra de su familia y en contra de la comunidad; porque alguien más, en un tiempo no máximo a 15 días, va a tomar la decisión de quitarse la vida por ese método. Los medios de comunicación han sido el área más complicada para nuestro comité”, informó Claudia Guillemod, secretaria técnica del Comité para la Prevención del Suicidio en el municipio Benito Juárez.
Aunado a esto, la hamaca es un objeto que da tranquilidad y que significa descanso, explica el psicoterapeuta, Soilo Salazar: “La hamaca es un objeto regional que está a la mano porque está en la recamara, donde normalmente la gente está a solas y donde descansa y se olvida de sus problemas. ¿En qué momento comienzan a deprimirse los suicidas? Cuando llegan a su casa y la hamaca siempre está ahí. La gente duerme en ella y significa descanso. Ese es un punto importante”.
“Si el medio de comunicación no lo sabe o el periodista no lo sabe hay que capacitarlo. Pero cuando ya lo sabe, entonces hay una actitud de negligencia que está afectando a la comunidad y contribuyendo a que alguien más se suicide”, insistió Claudia Guillemod.
MÉTODOS FRECUENTES QUE A VECES SE DESCONOCEN
El motivo principal por el que las víctimas deciden terminar con su vida, en Cancún y en el estado, es por problemas sentimentales. Es decir, la víctima sufre tanto por desamor que termina privándose de la existencia. Después siguen los problemas económicos y las enfermedades.
Estadísticas del C-4 de la Secretaría Estatal de Seguridad Pública, revelan que los suicidas, en especial varones, prefieren utilizar métodos contundentes, de ahí que casi siempre recurran al ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación. Muy por debajo de estas prácticas, indican las cifras, está el suicidio por disparo de arma de fuego, saltar de un lugar elevado -método utilizado mayormente por los turistas extranjeros-, y en menor escala, el envenenamiento, como muestra la gráfica adjunta.
Existe un método que se está utilizando y que ni las mismas autoridades saben de su práctica: provocar un trágico accidente de tránsito. El director del Centro de Rehabilitación para Personas Adictas “Álitum”, Soilo Salazar, nos cuenta de esto: “Yo he atendido pacientes que mencionan que fueron a estrellarse a propósito. Me decía uno: ‘desafortunadamente sobreviví, yo no quería vivir. Yo me fui directo y de frente contra el otro carro y aceleré con todo. Yo quería matarme’. Otra persona me decía lo mismo. Éste venía alcoholizado, lo había dejado la novia, y se estampó contra otro vehículo a propósito. Esto resultó contraproducente porque se murió la conductora del otro automóvil y él terminó en la cárcel. Esta práctica es frecuente, claro”.
La Fiscalía General del Estado de Quintana Roo ha registrado 29 suicidios en el municipio Benito Juárez en lo que va de 2016, por lo que pronostica que podrían alcanzarse los 62 casos registrados en 2015. A nivel estatal, el C-4 ha contabilizado 58 decesos por inmolación, la mayoría varones de entre los 16 y 35 años de edad: 20 en Othón P. Blanco, siete en Solidaridad, tres en Tulum, cinco en Cozumel, uno en Lázaro Cárdenas, uno en Puerto Morelos y 21 en Benito Juárez (al mes de julio). Ninguno en Bacalar, José María Morelos, Felipe Carrillo Puerto e Isla Mujeres, como lo indica la gráfica.
MAL TRABAJO DE PREVENCIÓN EN EL ESTADO
Los programas de prevención en salud mental y del suicidio en particular son a menudo mal manejados por las autoridades de los tres niveles de gobierno y por algunas asociaciones no gubernamentales, ya que realizan campañas esporádicas que contribuyen al incremento de casos y disparan la demanda de servicios de salud. Para la secretaria técnica del Comité Para la Prevención del Suicidio, quien tiene más de 10 años en el tema, hace falta investigación y focalización del problema por zonas específicas, no cruzadas abiertas que provocan alarma.
“Que no me digan pláticas, talleres, trípticos, cine-debate, no me digas nada de eso. Nada de eso funciona contra el suicidio, por el contrario, se disparan los casos. Se tiene que focalizar el problema por puntos, hacer buenos diagnósticos por zonas, mejorar nuestros números y atacar ahí, a esa población específica”
“Cuando se hace una campaña abierta de prevención a la población, nos rebasa por completo al gobierno y sociedad civil. No estamos listos para eso. Que no me digan pláticas, talleres, trípticos, cine-debate, no me digas nada de eso. Nada de eso funciona contra el suicidio, por el contrario, se disparan los casos. Se tiene que focalizar el problema por puntos, hacer buenos diagnósticos por zonas, mejorar nuestros números y atacar ahí, a esa población específica”, enfatizó Claudia Guillemod.
En cuanto a servicios de salud mental, tenemos que Quintana Roo cuenta con un psiquiatra por cada 100 mil personas, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda uno por cada 10 mil habitantes, lo que ha contribuido, entre otros factores, a que la entidad se mantenga desde hace algunos años en tercer lugar nacional en suicidios. “Urge que el gobierno atienda el problema de manera contundente. Falta un hospital psiquiátrico en el estado, ¿por qué no construirlo? Si hay para otras cosas menos importantes. Es necesario priorizarlo como un creciente problema de salud pública”, advierte el psicoterapeuta, Soilo Salazar.
El número de emergencia 066 tiene servicio de psicología para asesorar y salvar la vida de una persona que se encuentra en estado depresivo con tendencia suicida. Esta asistencia hace una función de sostén telefónico emocional y tiene personal en dos turnos. Sus psicólogos atienden y ayudan a la persona en crisis a través de una llamada, en lo que los servicios de emergencia llegan a su domicilio. Quien llama es porque está en el dilema de vivir o quitarse la vida, lamentablemente, muchas personas no tienen conocimiento de su existencia.
Fotos: Francisco Javier Robles
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