La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, reconoció este lunes ante un comité del Congreso que el intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump supuso el “mayor fallo operativo” de la agencia “en décadas”.
En una audiencia ante un comité de la Cámara de Representantes, Cheatle asumió “la responsabilidad completa” del lapso en “seguridad” de su agencia y aseguró que están cooperando con las investigaciones en curso sobre el atentado.
“El intento de asesinato del expresidente Donald Trump el 13 de julio es el mayor fallo operativo del Servicio Secreto en décadas”, dijo en sus declaraciones iniciales ante el comité, al que había sido citada por los republicanos que controlan la Cámara Baja.
La oposición republicana ha pedido la renuncia de Cheatle, al frente de la agencia encargada de la seguridad de Trump.
Trump fue herido de bala en una oreja mientras participaba en un mitin en Butler, Pensilvania. El tirador había trepado a un tejado a unos 140 metros del expresidente, aunque fuera del perímetro de seguridad.
Durante la audiencia, los republicanos protestaron por la negativa de Cheatle de responder a la mayoría de sus preguntas alegando que hay varias investigaciones en curso con las que el Servicio Secreto está colaborando para esclarecer qué falló en el operativo.
El presidente del comité, el republicano, James Comer, preguntó a Cheatle: “¿El Servicio Secreto tuvo en algún momento un agente en el tejado?”, a lo que la directora respondió: “Estamos a solo nueve días de este incidente y aún hay una investigación en curso”.
“¿Puede explicar por qué no colocaron un agente en ese tejado?”, volvió a preguntar Comer, a lo que Cheatle respondió: “Todavía estamos investigando”.
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