Algunas de las víctimas mortales del COVID-19 no solo pasan sus últimos días aislados en hospitales, sino que también son despedidos sin funerales y en medio de la incertidumbre que el virus deja entre las familias.
El número de muertos por coronavirus crece todos los días.
¿Cómo se debe proceder?
La Secretaría de Salud tiene un protocolo establecido para estos casos.
Indica que en caso de los muertos por coronavirus se recomienda el traslado a la morgue lo más pronto posible, de acuerdo con los protocolos establecidos.
“Si la familia del paciente desea ver el cuerpo, puede hacerlo. Si el paciente murió en el periodo infeccioso, la familia debe tener precauciones de contacto”, establece Salud.
Cuando el cuerpo aún está en el hospital, se deben cubrir todos los orificios con un algodón que contenga desinfectante.
Posteriormente es envuelto en la sábana o tela antifluido que cubría la cama donde era atendido el paciente.
Esto sin retirar catéteres, sondas o tubos. Por último, el cadáver se pasa a una primera bolsa para su traslado, la cual debe ser rociada con desinfectante tanto en el interior como en el exterior de esta.
En el proceso de alistamiento para el traslado, el cuerpo es introducido en una segunda bolsa, se cierra y se repite el proceso de rociado de desinfectante.
Al terminar, el cadáver es llevado a la morgue, donde, posteriormente, será entregado al personal del servicio funerario para su depósito en un ataúd o contenedor, a fin de que sea transportado para el proceso de cremación o inhumación.
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